EEUU: Familias separadas por leyes migratorias se encuentran en frontera
EEUU: Familias separadas por leyes migratorias se encuentran en frontera

El muro fronterizo entre San Diego (EE.UU.) y Tijuana (México) abrió hoy nuevamente sus puertas para permitir el reencuentro de seis familias que han sido separadas por leyes migratorias, y cuyos miembros pudieron fundirse en emotivos abrazos durante tres minutos.

Por segunda vez en el año y cuarta en la historia, la puerta de emergencia del Parque de la Amistad fue testigo de este emotivo y breve momento, y para el que algunos participantes debieron viajar desde varios puntos de México y Estados Unidos.

POR LOS NIÑOS

El evento fue organizado por el grupo Ángeles de la Frontera con motivo del Día Internacional del Niño, que se celebra el domingo.

La intención para el próximo año es que se haga lo propio de manera simultánea en otros puntos fronterizos en los estados de Texas, Arizona y Nuevo México, según señaló Enrique Morones, fundador de la organización.

Si bien el cambio de Administración en la Casa Blanca hace temer a muchos que este tipo de eventos podrían no repetirse en el futuro, Morones dijo estar convencido que la puerta abrirá nuevamente el próximo año para mandar el mensaje de que "el amor no tiene fronteras".

"No puedo garantizarlo, pero puedo asegurar que no nos vamos a rendir", afirmó.

Eduardo Olmos, vocero de la Patrulla Fronteriza para el sector de San Diego, California, reiteró que por ahora no hay indicios de que dejarán de realizarse este tipo de eventos.

"El sector de San Diego y el jefe (Richard) Barlow apoya mucho este evento, él está de acuerdo y le gusta que tengamos esta relación con la comunidad", manifestó Olmos.

HISTORIAS

Laura Martínez y su hija llegaron a temprana hora desde Los Ángeles (California) con la esperanza de saludar a su madre, quien viajó del estado mexicano de Puebla. Madre e hija no se veían en directo desde hace más de 20 años.

La familia se encontraba en "lista de espera", ya que en principio no habían alcanzado espacio en el grupo, y justo cinco minutos antes de que la puerta abriera se les notificó que sí tendrían oportunidad de abrazarse ya que otra familia no llegó.

"Pensé que estaba soñando porque fue mágico, hay personas que piensan que tres minutos no son suficientes, que no se puede hacer nada. Por ese tiempo borré de mi cabeza todos eso años que no nos habíamos visto", dijo Martínez, cuya hija pudo abrazar a su abuela por primera vez.

Lo más doloroso fue el adiós, pero la inmigrante está segura que algún día se volverán a ver.

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