Con la economía en crisis, los bolivianos acuden a las urnas este domingo para elegir a su próximo presidente, con Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga como favoritos en unos comicios que marcan el posible fin del ciclo del MAS. (Foto de MARTIN BERNETTI / AFP).
Con la economía en crisis, los bolivianos acuden a las urnas este domingo para elegir a su próximo presidente, con Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga como favoritos en unos comicios que marcan el posible fin del ciclo del MAS. (Foto de MARTIN BERNETTI / AFP).

Bolivia vive una jornada decisiva en medio de una crisis económica que ha golpeado duramente a la población. Más de 7,9 millones de ciudadanos están llamados a votar este domingo para elegir presidente y renovar el Congreso, en un escenario donde la derecha parte como favorita tras casi 20 años de hegemonía del Movimiento Al Socialismo (MAS).

El país enfrenta desabastecimiento de dólares y combustibles, además de una inflación interanual cercana al 25%, la más alta en 17 años, lo que ha agudizado el descontento ciudadano con la gestión de Luis Arce. La mayoría de encuestas perfilan al empresario Samuel Doria Medina (66) y al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (65) como los candidatos con mayores opciones, prácticamente empatados, lo que anticipa una segunda vuelta el 19 de octubre.

El oficialista Eduardo del Castillo y el jefe del Senado, Andrónico Rodríguez, figuran entre los postulantes rezagados. La ruptura interna del MAS, marcada por la confrontación entre Arce y Evo Morales, debilitó al partido que gobernó Bolivia desde 2006.

Morales, impedido de postular por restricciones constitucionales y con una orden de detención en curso, llamó a votar nulo desde su bastión en el Trópico de Cochabamba. Su ausencia y la crisis económica han acelerado el declive del oficialismo.

La apuesta por el cambio

Doria Medina propone un plan de choque de 100 días para estabilizar la economía y desmontar el modelo estatista del MAS. Por su parte, Quiroga promete un remezón político: “Vamos a cambiar todo, absolutamente todo. Son 20 años perdidos”, declaró en campaña.

Ambos coinciden en fortalecer la economía de mercado y en exigir que Evo Morales rinda cuentas ante la justicia.

La población, golpeada por la escasez de gasolina, diésel y gas, parece inclinarse por un relevo. “La gente se ha cansado. No hay gasolina, no hay diésel y tampoco gas”, lamenta Saturnina Sahuira, vendedora ambulante aimara que en el pasado apoyó al MAS.

Analistas señalan que el deseo de estabilidad pesa más que un cambio ideológico. “No creo que la gente esté conscientemente diciendo que quiere un cambio ideológico, sino que quiere estabilidad”, explicó Daniela Osorio Michel, investigadora del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales.