El elefante Plai Biang Lek sorprendió a los habitantes de Nakhon Ratchasima al irrumpir en una tienda cerca del Parque Nacional Khao Yai y comer dulces, plátanos y bocadillos de maní. Las imágenes recorren el mundo.
El elefante Plai Biang Lek sorprendió a los habitantes de Nakhon Ratchasima al irrumpir en una tienda cerca del Parque Nacional Khao Yai y comer dulces, plátanos y bocadillos de maní. Las imágenes recorren el mundo.

Un curioso e inesperado visitante paralizó la rutina de los vecinos de la provincia de Nakhon Ratchasima, al noreste de Tailandia. Se trata de Plai Biang Lek, un elefante salvaje de unos 30 años que, guiado por el hambre, irrumpió en una tienda de comestibles cerca del Parque Nacional Khao Yai y se sirvió él mismo una variedad de snacks, ante la mirada atónita de los presentes.

Según relató Khamploi Kakaew, propietaria del establecimiento, el animal se acercó lentamente a la tienda. “Salí e intenté ahuyentarlo. Le dije que no se acercara, pero no me hizo caso”, contó a CNN. Lejos de asustarse, el elefante ingresó con calma, recorrió el local y se dirigió directamente al mostrador donde escogió dulces y bocadillos con su trompa.

Los videos del momento, que no tardaron en viralizarse en redes sociales, muestran cómo Plai Biang Lek se toma su tiempo para seleccionar y masticar plátanos secos, bocadillos de maní y hasta unas diez bolsas de caramelos, cada una valorizada en 35 baht (alrededor de un dólar).

“Fue como si hubiera venido a propósito. Se acercó al congelador, lo empujó con cuidado y luego fue directo a los dulces. Nunca antes un elefante había entrado al local”, aseguró la dueña, acostumbrada a ver pasar estos animales por la zona, pero no a tenerlos como ‘clientes’.

Mientras Plai Biang Lek comía tranquilamente, otro elefante lo esperaba fuera del local, sin causar disturbios. Tras varios minutos de incertidumbre, guardabosques del Parque Nacional lograron finalmente que ambos se alejaran del lugar. El único rastro que dejaron fueron huellas de barro en el suelo y en el techo, pero no hubo daños materiales ni personas heridas.

Danai Sookkanthachat, voluntario del parque, explicó que el elefante es conocido por buscar comida en casas cercanas, aunque esta fue la primera vez que ingresó a una tienda. “Después de salir del local, incluso fue a abrir la ventana de un dormitorio en otra casa”, añadió.

Este inusual hecho ha despertado tanto la ternura como la preocupación de los habitantes del lugar, donde las interacciones entre humanos y elefantes salvajes son cada vez más frecuentes debido a la expansión urbana hacia áreas naturales.

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