La justicia francesa condenó este miércoles al excirujano Joël Le Scouarnec, de 74 años, a la pena máxima de 20 años de prisión por haber violado o agredido sexualmente a 299 pacientes, la mayoría de ellos menores de edad. El juicio, considerado uno de los más estremecedores de la historia judicial francesa, reveló los crímenes cometidos por el médico entre 1989 y 2014 en diversos hospitales del país.
El tribunal de la ciudad de Vannes subrayó “la gravedad de los hechos, el número de víctimas, su corta edad y el carácter compulsivo del acusado”, aunque también consideró su edad y “voluntad de reparación” al imponer una condena que permitirá a Le Scouarnec solicitar libertad condicional tras cumplir dos tercios de la pena.
A pesar de la sentencia, las reacciones de las víctimas no se hicieron esperar. En la sala de retransmisión, se escucharon gritos de “¡Qué vergüenza de justicia!” y muchas de las personas afectadas se abrazaron entre lágrimas. “Nos sentimos humilladas”, declaró Amélie Lévêque, una de las víctimas. El colectivo de afectadas convocó una reunión con el ministro de Salud para el próximo 11 de junio, denunciando el silencio institucional.
Más allá del juicio
Durante el proceso, el excirujano reconoció su culpabilidad en 111 violaciones y 189 agresiones sexuales, y confesó otros abusos a su nieta y su implicación en el suicidio de dos víctimas. Además, desde 2020 cumple una condena de 15 años de cárcel por delitos sexuales contra dos sobrinas, una paciente y una vecina menor de edad.
La investigación se intensificó tras el hallazgo en su domicilio de cuadernos con descripciones detalladas de los abusos, imágenes de pornografía infantil y muñecas. El 20 de marzo, la fiscalía anunció una nueva investigación por la aparición de víctimas no identificadas.
Los psiquiatras que lo evaluaron calificaron su peligrosidad como muy alta, pero no pudieron explicar el origen de su pedofilia. Su historial criminal incluye una condena de 2005 por posesión de pornografía infantil, lo que no impidió que continuara ejerciendo hasta su retiro en 2017.
Impunidad médica y frustración
El caso ha despertado una fuerte crítica social hacia las autoridades médicas y judiciales, acusadas de no haber actuado pese a múltiples alertas. “¿Cómo se pudo permitir que este hombre siguiera en contacto con pacientes durante tantos años?”, cuestionó el ministro de Salud Yannick Neuder en France Info.
Mientras tanto, la indignación pública aumenta, no solo por la magnitud de los delitos, sino también por el simbolismo de una justicia que, según las víctimas, llegó tarde y no fue lo suficientemente firme.