El jefe de gobierno, Prayut Chan-O-Cha, decidió levantar el decreto de emergencia a partir del jueves a mediodía, según la Gaceta Real, el órgano oficial del palacio. (Foto: Televisión tailandesa vía AFP)
El jefe de gobierno, Prayut Chan-O-Cha, decidió levantar el decreto de emergencia a partir del jueves a mediodía, según la Gaceta Real, el órgano oficial del palacio. (Foto: Televisión tailandesa vía AFP)

El primer ministro de retrocedió el jueves frente al movimiento prodemocracia, que exige su dimisión y una reforma de la monarquía y decidió levantar el estado de emergencia “reforzado”, una “victoria” para los miles de manifestantes en las calles a pesar de la prohibición de reunirse.

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El jefe de gobierno, Prayut Chan-O-Cha, decidió levantar el decreto de emergencia a partir del jueves a mediodía, según la Gaceta Real, el órgano oficial del palacio.

La situación “se ha aliviado (...) ahora los representantes del gobierno y los organismos estatales pueden aplicar las leyes ordinarias”, dijo. “Todas las medidas excepcionales (...) han sido levantadas”, añadió.

Además de prohibir las reuniones de más de cuatro personas, el texto daba a la policía carta blanca para hacer detenciones y confiscar cualquier publicación electrónica que se considerara “contraria a la seguridad nacional”.

El estado de emergencia se impuso el 15 de octubre, un día después de los incidentes en el cortejo de la reina Suthida, cuando los activistas prodemocracia levantaron tres dedos delante de su coche, una señal de desafío inspirada en la película “Los Juegos del Hambre” y que se ha convertido en símbolo de resistencia.

Desde entonces, miles de manifestantes, en su mayoría jóvenes, desafiaron la prohibición de las concentraciones, celebrando manifestaciones diarias y simultáneas en varios lugares de la capital.

Perder la cara

El gobierno está haciendo un cambio de rumbo porque se da cuenta de que los viejos métodos ya no funcionan”, dice Christine Cabasset, del Instituto de Investigación sobre el Sudeste Asiático Contemporáneo.

No podía seguir perdiendo la cara ante una juventud ultradeterminada que no ha dejado de luchar a pesar de la detención de la mayoría de sus líderes. Es una victoria para el movimiento, que continúa fortaleciendo su base”, asegura.

La protesta, que empezó en verano, exige la dimisión del primer ministro, un general llevado al poder por un golpe de Estado en 2014 y legitimado por las controvertidas elecciones del año pasado.

También pide una revisión de la Constitución, que se considera demasiado favorable al ejército, y se atreve a reclamar una reforma de la poderosa y riquísima monarquía, un tema tabú en el país hasta no hace mucho.

El rey Maha Vajiralongkorn no comentó directamente los acontecimientos y la semana pasada solo dijo que Tailandia necesita “un pueblo que ame a su país”.

Prayut Chan-O-Cha había anunciado el miércoles por la noche en un discurso que se preparaba para levantar el decreto de emergencia.

Estoy dando “el primer paso para desactivar la situación”, dijo, pidiendo a los manifestantes que resuelvan sus diferencias a través del parlamento, que se reunirá en sesión extraordinaria a partir del lunes para tratar de resolver la crisis.

A la misma hora, unos 7.000 manifestantes prodemocracia se reunieron cerca de la Casa de Gobierno, desafiando el decreto por séptimo día consecutivo.

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