A las 18:08 horas (16:08 GMT), la fumata blanca se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina, marcando un momento histórico: la Iglesia Católica tiene un nuevo papa. Miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro respondieron con una gran ovación, aplausos y un grito generalizado de emoción.
Aunque la plaza no estaba tan colmada como durante la jornada inaugural del cónclave, la reacción fue unánime. Fieles y turistas de todo el mundo agitaron banderas nacionales, corearon cánticos religiosos y aguardaron con expectativa el anuncio oficial del nombre del nuevo líder espiritual de los católicos.

¿Qué sigue ahora?
En los próximos minutos, el cardenal protodiácono aparecerá en el balcón de la Basílica de San Pedro para pronunciar la célebre fórmula:
“Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam.”(“Les anuncio una gran alegría: tenemos Papa”).
Seguido a ello, revelará el nombre del cardenal elegido y el nombre pontificio que asumirá. Minutos después, el nuevo pontífice se presentará por primera vez ante el mundo para impartir la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo).
La elección pone fin al cónclave de 133 cardenales reunidos desde el 7 de mayo para escoger al sucesor del papa Francisco.