Los habitantes de comenzaron a pintar sus ciudades de colores vivos para las festividades del Holi, en particular en Vrindavan, conocida como la "ciudad de las viudas".

Con la llegada de la primavera, en todo el país se celebra el Holi, la fiesta de los colores. La gente se lanza pigmentos de color en una alegre algarabía, que alcanza su apogeo el viernes, día festivo.

Una de las celebraciones más llamativas tiene lugar en Vrindavan, en el Estado de Uttar Pradesh (norte), donde viven unas 2.000 viudas rechazadas por sus familias tras la muerte de sus esposos.

Tradicionalmente, las viudas permanecen al margen de todas las festividades indias. Pero, desde hace tres años, centenares de mujeres acuden a Vrindavan para celebrar el Holi con ellas.

"Lo mejor de estas fiestas es poder llevar ropa distinta a la que llevamos casi a diario", dice Manu Ghosh a la AFP, tras haber participado en una batalla de pintura el martes.

"Bailamos, cantamos y bromeamos juntos. La comida, sobre todo los dulces del Holi, me recuerdan la época en la que vivía mi marido", dice esta viuda de 85 años, cuyo esposo murió hace 21 años.

Las mismas escenas de alegría animaron el miércoles la megalópolis de Bombay donde jóvenes minusvalidos se pintaron de colores

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