La principal pesadilla de los bomberos griegos continuaba siendo la inmensa isla montañosa de Eubea, tapizada de pinos y muy popular entre los turistas nacionales y extranjeros. (ANGELOS TZORTZINIS / AFP)
La principal pesadilla de los bomberos griegos continuaba siendo la inmensa isla montañosa de Eubea, tapizada de pinos y muy popular entre los turistas nacionales y extranjeros. (ANGELOS TZORTZINIS / AFP)

Miles de habitantes desesperados de la isla griega de Eubea observaban este domingo cómo devoraba el fuego sus aldeas, sus tierras y sus vidas, en el duodécimo día de incendios que han asolado bosques de y .

Mientras que en Turquía la mayoría de los incendios estaban controlados este domingo, el fuego declarado en la isla de Eubea, la segunda más grande de Grecia, seguía generando una fuerte preocupación.

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“Después de lo que hemos visto, no parece que estemos cerca de controlar el fuego”, declaró el alcalde de Mantoudi, un municipio de Eubea. “Ya no me queda voz para reclamar más medios aéreos”, dijo a la cadena Skai TV.

Presa de las llamas desde hace seis días, esta lengua de tierra situada entre Ática y el mar Egeo presentaba un panorama apocalíptico. Por las carreteras, los vecinos rociaban sus terrenos con agua, mientras las llamas seguían consumiendo las zonas boscosas.

Grecia y Turquía, dos países vecinos azotados por la peor ola de calor en décadas, llevan casi dos semanas luchando contra los incendios. Los expertos han relacionado las altas temperaturas con el cambio climático.

Hasta la fecha, dos personas han muerto en Grecia y ocho en Turquía, y decenas han tenido que ser hospitalizadas.

A las puertas de Atenas, el incendio que destruyó decenas de viviendas había perdido intensidad este domingo, según los bomberos griegos.

De un lado y otro del Egeo, los bomberos seguían luchando contra las llamas, en la región turca de Mugla y en la península griega del Peloponeso, donde la situación se había estabilizado este domingo.

Seis barrios de la ciudad turca de Yatagan fueron evacuados por precaución, informó NTV, algo que también se hizo en pueblos enteros de las regiones de Magna y Mesinia, en Grecia.

Lo “nunca visto”

La principal pesadilla de los bomberos griegos continuaba siendo la inmensa isla montañosa de Eubea, tapizada de pinos y muy popular entre los turistas nacionales y extranjeros.

“Hemos vivido incendios, pero esta situación es algo nunca visto”, declaró Nikos Papaioannou, un vecino de Gouves.

Pese a su relieve accidentado, cerca de medio millar de bomberos continuaban este domingo su encarnizado combate contra el fuego en el norte de la isla, que ardía de este a oeste, envuelta en una espesa nube de humo y cubierta por una lluvia de cenizas, constató un equipo de la AFP.

Entre los efectivos figuraban unos 200 bomberos de Ucrania y de Rumania, apoyados por siete aviones y helicópteros, según los servicios griegos de lucha contra incendios.

Pero, a causa de la dirección del viento, el humo y la falta de la visibilidad, el viceministro griego de Protección Civil, Nikos Hardalias, consideró “difícil” utilizar los medios aéreos.

“Las fuerzas no son suficientes”, recalcó Giorgos Kelaitzidis, vicegobernador de Eubea. “La situación en estos momentos es crítica”, señaló. “Estamos librando un combate titánico”.

Según él, las llamas habrían devorado al menos 35.000 hectáreas y centenares de casas.

“En manos de Dios”

El frente del incendio abarcaría unos 30 km, estimó el sábado el gobernador de la región de Eubea, Fanis Spanos.

“El frente es demasiado grande. Intentamos salvar el pueblo pero los medios son insuficientes”, declaró a la AFP Nikos Papaioannou, el habitante de Gouves. “Esto es dramático. Terminaremos todos en el mar”, añadió.

Unos 2.000 habitantes de la isla fueron evacuados y realojados en hoteles.

En la playa de Pefki, de donde fueron evacuados 350 habitantes este domingo, los ferris y los barcos militares esperaban para embarcar a ancianos y personas con discapacidad.

Con las llamas extendiéndose hacia la localidad de Istiaia, devorando viviendas y pinedas, Iraklis, un residente de la zona, declaró a Open TV que “40.000 personas vivirán como muertos vivientes en los próximos años a causa de la destrucción de la región”.

“En los próximos 40 años no tendremos trabajo y en invierno nos ahogaremos bajo las aguas, sin bosques que nos protejan”, declaró desesperado Yannis Selimis, otro habitante de Gouves.

“Estamos en manos de Dios. El Estado está ausente. Si la gente se va, los pueblos seguro que se queman”, añadió el hombre, de 26 años.

Las llamas han arrasado más de 56.000 hectáreas en los últimos diez días en Grecia, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS). Unas 1.700 hectáreas ardieron, de media, en el mismo periodo entre 2008 y 2020.

Fuente: AFP

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