Intelectuales, científicos y artistas piden salvar a la mariposa monarca
Intelectuales, científicos y artistas piden salvar a la mariposa monarca

Unos 200 intelectuales, científicos y artistas de Estados Unidos, México y Canadá, como los escritores Paul Auster y Elena Poniatowska y el activista Robert F. Kennedy Jr., mandaron una carta a los presidentes de sus países para que salven la amenazada mariposa monarca.

Los firmantes, entre ellos los escritores John Ashbery, Fernando del Paso y Margaret Atwood, pidieron a los mandatarios que "tomen acciones prontas y enérgicas para preservar el fenómeno migratorio de la monarca", que recorre cada año más de 4.000 km desde Canadá para hibernar en México, durante la reunión que sostendrán el próximo 29 de junio en Canadá.

Asimismo, solicitaron que se proteja el hábitat de algodoncillo del que se alimentan las mariposas, amenazado por el uso de pesticidas, y que cese la tala y las actividades mineras en la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca en México.

"Un liderazgo que responda a estos desafíos es crucial. La mariposa monarca es una de las criaturas más extraordinarias e icónicas del planeta, amada por mucha gente, y además, representa una conexión fundamental entre nuestros tres países", añade la misiva.

En 2014, los presidentes de Estados Unidos, México y Canadá decidieron emprender medidas conjuntas para proteger a la mariposa, que venía disminuyendo drásticamente su población desde el pico de 18,19 hectáreas en el invierno (boreal) de 1996-1997.

En 2013-2014 la migración de la mariposa alcanzó los niveles más bajos en 20 años, con sólo 0,67 hectáreas ocupadas, debido a problemas como la disminución del algodoncillo por el uso de pesticidas en EEUU y Canadá, a nuevas condiciones climáticas extremas en su ruta migratoria y a la tala de árboles en México.

Gracias a las acciones de los tres gobiernos, en la pasada temporada 2015-2016, la población de las mariposas se triplicó y alcanzó 4,01 hectáreas, encaminándose a la meta prevista para 2020 de al menos seis hectáreas de mariposas en los bosques mexicanos, según cifras oficiales.