El nuevo papa fue saludado por cardenales, obispos, laicos y religiosos de diferentes continentes, en un rito que simboliza la unidad de la Iglesia católica bajo su guía. (Foto de Tiziana FABI / AFP).
El nuevo papa fue saludado por cardenales, obispos, laicos y religiosos de diferentes continentes, en un rito que simboliza la unidad de la Iglesia católica bajo su guía. (Foto de Tiziana FABI / AFP).

En el marco de la misa de inicio de su pontificado, el papa León XIV recibió este domingo la promesa de obediencia de doce representantes de la Iglesia católica, en un gesto solemne que marca la adhesión de toda la comunidad eclesial al nuevo sucesor de Pedro. La ceremonia tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, ante decenas de miles de fieles y más de 150 delegaciones internacionales.

Este ritual ha cambiado en los últimos años: ya no son solo los cardenales quienes juran obediencia, sino una representación más amplia y diversa del pueblo de Dios. Tras recibir el palio y el Anillo del Pescador, símbolos del poder pontificio, los doce representantes se acercaron uno a uno para manifestar su fidelidad al nuevo pontífice.

Entre ellos estuvieron los cardenales Francis Leo (Canadá), Jaime Spengler (Brasil) y John Ribat (Papúa Nueva Guinea), representando a América del Norte, América del Sur y Oceanía, respectivamente. También participaron el obispo de Callao (Perú), Luis Alberto Barrera, el presbítero Guillermo Inca Pereda, y el diácono Teodoro Mandato.

Además, ofrecieron su promesa de obediencia dos sacerdotes, un matrimonio laico —Rafael Santa María y Ana María Olguín—, la religiosa Oonah O’Shea, presidenta de la Unión de Superioras Generales, el superior general de los jesuitas, el venezolano Arturo Sosa, y los jóvenes Josemaría Díaz y Sheyla Cruz.

Una ceremonia cargada de simbolismo

El rito de la obediencia fue precedido por una oración en la tumba de San Pedro, ubicada bajo el altar mayor de la Basílica vaticana. Luego, en la plaza, el nuevo papa —Francis Prevost, elegido el pasado 8 de mayo— recibió primero el palio, una estola blanca con cruces negras que simboliza su rol como pastor universal. Posteriormente, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle le entregó el Anillo del Pescador, grabado con la imagen de San Pedro y la inscripción “Leo XIV”.

Con visible emoción, el pontífice observó el anillo tras colocárselo, mientras la plaza estallaba en aplausos. Con la imposición de estos símbolos, el pontificado de León XIV queda oficialmente inaugurado.