Un joven de 30 años falleció en Pescara tras recibir una descarga de pistola Taser. El caso ha generado controversia y llamado la atención sobre el uso de estos dispositivos por parte de las fuerzas del orden. (Imagen referencial: REUTERS/Gary Cameron).
Un joven de 30 años falleció en Pescara tras recibir una descarga de pistola Taser. El caso ha generado controversia y llamado la atención sobre el uso de estos dispositivos por parte de las fuerzas del orden. (Imagen referencial: REUTERS/Gary Cameron).

La muerte de un joven de 30 años tras recibir una descarga eléctrica con una pistola Taser por parte de la policía italiana ha reavivado el debate sobre el uso de estos dispositivos en operativos policiales. El hecho ocurrió el martes en Pescara, en el centro del país, cuando el hombre fue detenido en la vía pública tras presuntamente involucrarse en una pelea.

Según la Fiscalía, el sujeto habría opuesto resistencia a la autoridad, motivo por el cual se empleó la pistola Taser para reducirlo. Posteriormente, mientras era trasladado a una sala para diligencias de Policía Judicial, el detenido se desmayó. Pese a los intentos de reanimación por parte de los servicios de emergencia, falleció en el hospital.

El ministro del Interior, Matteo Piantedosi, calificó lo ocurrido como “una tragedia” y aseguró que se llevará a cabo una investigación exhaustiva, incluida una autopsia que determine si existe relación directa entre la descarga y el deceso. “La Taser es una alternativa al arma de fuego. En este caso, la persona tenía actitudes peligrosas para sí mismo y los demás”, explicó.

El padre del fallecido declaró que su hijo padecía problemas psiquiátricos y era conocido por las autoridades. La situación ha generado duras críticas de organizaciones como Amnistía Internacional Italia, que expresó preocupación por el uso de Taser en personas con patologías mentales, cardíacas o bajo efectos de medicamentos. “Su uso puede ser letal en condiciones médicas no evidentes al momento del disparo”, advirtió la entidad en un comunicado.

Este no es el primer caso. En julio de 2024 y agosto de 2023 se registraron muertes similares en Italia tras el uso de estos dispositivos, lo que ha encendido una discusión sobre su conveniencia, regulación y protocolos de actuación.