El papa Francisco exhortó en su mensaje tradicional de Navidad el fin de la "persecución brutal" a "grupos étnicos y religiosos" en Irak y Siria, tema que lo viene preocupando desde hace mucho tiempo, según él mismo expresó.
Francisco condenó la violencia y tráficos de los que son víctimas los niños en muchas partes del mundo, lamentando que "tantos niños (sean) víctimas de la violencia, objeto de tráfico ilícito y trata de personas", esto último aludiendo a los muertos recientemente en una escuela de Pakistán.
El papa argentino pronunció su mensaje "urbi et orbi" (a la ciudad y el mundo) en la Basílica San Pedro a una multitud de fieles, congregados bajo un tiempo gris pero suave.
Además Francisco se refirió asimismo a los niños "muertos antes de ver la luz" en una condena explícita del aborto.
SOBRE LA NECESIDAD DEL PERDÓN
Respecto a Ucrania, el papa pidió "vencer el odio y la violencia, y emprender un nuevo camino de fraternidad y reconciliación".
Finalmente, el líder religioso expresó su solidaridad con las víctimas de la epidemia del ébola, "especialmente en Liberia, Sierra Leona y Guinea". "Agradezco de corazón a los que se están esforzando con valentía para ayudar a los enfermos y sus familias", afirmó.