Ecuador sigue sumido en una escalada de violencia. Este domingo, un ataque armado en un billar de la ciudad de Santo Domingo, a 160 kilómetros al oeste de Quito, dejó siete personas muertas, según confirmó la Policía Nacional.
El hecho, registrado en cámaras de seguridad, ocurrió en la zona de bares de la ciudad. Testigos reportaron que varios hombres encapuchados y armados ingresaron al establecimiento y dispararon indiscriminadamente contra los presentes. Las imágenes se viralizaron en redes sociales, generando conmoción.
“Hay siete personas fallecidas a causa de impactos de arma de fuego. Estamos en tareas investigativas para dar con los responsables”, informó la institución policial en un comunicado a la prensa.
De acuerdo con medios locales, las primeras pesquisas apuntan a que el ataque estaría relacionado con disputas del crimen organizado que operan en la región. No se reportaron sobrevivientes graves ni se detalló aún la identidad de las víctimas.
El país atraviesa un incremento sin precedentes de la violencia vinculada al narcotráfico. Entre enero y mayo de este año se registraron más de 4.000 homicidios, la cifra más alta en la historia reciente de Ecuador. A pesar de los operativos y estados de excepción implementados por el presidente Daniel Noboa, las matanzas se han vuelto frecuentes.
Solo el fin de semana pasado, 14 personas fueron asesinadas en la provincia de Guayas. Y el 10 de agosto, ataques simultáneos dejaron 14 muertos en Guayaquil y sus alrededores.
Ecuador, situado entre Colombia y Perú —los principales productores de cocaína del mundo—, se ha convertido en un corredor clave del narcotráfico internacional. El 73 % de la cocaína global pasa por sus puertos, según datos oficiales. En 2024 se incautaron 294 toneladas de drogas, una cifra récord, pero que no ha frenado la ola de homicidios.