El Papa ha insistido en que la propiedad privada es “un derecho secundario” que depende de este derecho primario, que es “el destino universal de los bienes”. (Foto: Alberto PIZZOLI / AFP)
El Papa ha insistido en que la propiedad privada es “un derecho secundario” que depende de este derecho primario, que es “el destino universal de los bienes”. (Foto: Alberto PIZZOLI / AFP)

El Papa Francisco ha criticado la corrupción que convierte a los sindicatos en “seudopatrones” y los aleja del pueblo en un videomensaje en español a los participantes de la 109 Conferencia Internacional del Trabajo, que se desarrolla en formato virtual por la pandemia.

Francisco ha hecho esta crítica al pedir a los empresarios que trabajen por la “superación de la miseria” y se centren en la creación de “fuentes de trabajo diversificadas”.

“Cuando un sindicato se corrompe, ya esto no lo puede hacer, y se transforma en un estatus de seudopatrones, también distanciados del pueblo”, ha denunciado el Papa.

Por ello, ha insistido en que la labor de estas organizaciones es “desnudar a los poderosos que pisotean los derechos de los trabajadores más vulnerables”, aunque les ha invitado a no dejarse encerrar en una ‘camisa de fuerza’ y enfocarse en situaciones concretas”.

En el mensaje, que ha dirigido en primer lugar al director general de la OIT, Guy Ryder, el Papa también ha insistido en que la propiedad privada es “un derecho secundario” que depende de este derecho primario, que es “el destino universal de los bienes”.

El Pontífice incide así en la idea que ya expresó el pasado mes de diciembre al inaugurar la conferencia internacional virtual de los Comités Panamericano y Panafricano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, cuando afirmó que el derecho a la propiedad es “un derecho natural” pero “secundario” derivado del derecho que tienen todos, “nacido del destino universal de los bienes creados”.

Reforma a fondo de la economía

El papa exhortó hoy a que “en este momento crucial de la historia social y económica”, debido a la pandemia, se produzca una “reforma a fondo de la economía” que proteja a los trabajadores, sobre todo, a los más vulnerables y a las mujeres.

Francisco precisó que “muchos de los trastornos posibles y previstos aún no se han manifestado” y “requerirán decisiones cuidadosas”.

Advirtió del riesgo de que “las prisas por volver a una mayor actividad económica” tras la pandemia lleven a “las pasadas fijaciones en el beneficio, el aislacionismo y el nacionalismo, el consumismo ciego y la negación de las claras evidencias que apuntan a la discriminación de nuestros hermanos y hermanas ‘desechables’ en la sociedad”.

Para evitarlo, es necesario un “nuevo futuro del trabajo fundado en condiciones laborales decentes y dignas, que provenga de una negociación colectiva y que promueva el bien común”.

Francisco pidió atención, sobre todo, “hacia los trabajadores que se encuentran en los márgenes” laborales y que “realizan lo que se suele denominar el trabajo de las tres dimensiones: peligroso, sucio y degradante”, como “los jornaleros, los del sector informal, los trabajadores migrantes y refugiados”.

Denunció que estos trabajadores, junto con sus familias, “normalmente quedan excluidos del acceso a programas nacionales de promoción de la salud, prevención de enfermedades, tratamiento y atención”, al tiempo que exigió que se respeten sus derechos esenciales, incluido el de sindicarse.

“La crisis del COVID ya ha afectado a los más vulnerables y no deberían verse afectados negativamente por las medidas para acelerar una recuperación que se centra únicamente en los marcadores económicos”, por lo que “hace falta una reforma a fondo de la economía”, aseveró.

Francisco pidió atención, sobre todo, “hacia los trabajadores que se encuentran en los márgenes” laborales y que “realizan lo que se suele denominar el trabajo de las tres dimensiones: peligroso, sucio y degradante”. (Foto: Filippo MONTEFORTE / AFP)
Francisco pidió atención, sobre todo, “hacia los trabajadores que se encuentran en los márgenes” laborales y que “realizan lo que se suele denominar el trabajo de las tres dimensiones: peligroso, sucio y degradante”. (Foto: Filippo MONTEFORTE / AFP)

Francisco también resaltó que la pandemia ha afectado duramente “a las mujeres de la economía informal, incluidas las vendedoras ambulantes y las trabajadoras domésticas”, cuyos hijos “están expuestos a un mayor riesgo para la salud”, ya que, sin “guarderías accesibles”, deben acompañarlas a sus lugares de trabajo o quedarse en sus hogares sin protección.

“Es muy necesario garantizar que la asistencia social llegue a la economía informal y preste especial atención a las necesidades particulares de las mujeres y de las niñas”, dijo.

La pandemia ha puesto de manifiesto “que muchas mujeres de todo el mundo siguen llorando por la libertad, la justicia y la igualdad” y que, aunque ha habido “notables mejoras en el reconocimiento de los derechos de la mujer y en su participación en el espacio público, todavía hay mucho que avanzar en algunos países”.

Con información de EFE y Europa Press

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