El papa León XIV llegó este domingo a la residencia de verano de Castel Gandolfo, donde permanecerá durante dos semanas para tomar un período de descanso, retomando así una tradición que había sido dejada de lado durante el pontificado de Francisco.
A su llegada, el sumo pontífice fue recibido por una multitud de curiosos y fieles que se congregaron en esta localidad situada a unos 20 kilómetros al sureste de Roma para saludarlo y expresar su afecto.
El palacio apostólico donde descansará León XIV tiene una historia que se remonta al siglo XVII, siendo utilizado como residencia de verano de los papas hasta 1870, tras la caída del estado pontificio. Fue recuperado como propiedad de la Iglesia Católica en 1929 con los Pactos de Letrán entre el Estado italiano y la Santa Sede.
Durante los doce años de su pontificado, Francisco optó por permanecer en la residencia vaticana de Santa Marta durante sus vacaciones, a diferencia de sus predecesores que utilizaban Castel Gandolfo como su lugar de retiro temporal.
Con esta estancia, León XIV retoma el uso de esta histórica residencia, considerada un lugar de descanso y reflexión para los pontífices, en un entorno de tranquilidad que contrasta con la intensa actividad del Vaticano.