Manifestantes encienden una fogata durante una manifestación contra el gobierno de la presidenta peruana Dina Boluarte en Lima el 26 de enero de 2023. (Foto por Lucas AGUAYO / AFP)
Manifestantes encienden una fogata durante una manifestación contra el gobierno de la presidenta peruana Dina Boluarte en Lima el 26 de enero de 2023. (Foto por Lucas AGUAYO / AFP)

“Hay que cambiar el sistema de arriba a abajo”, dice la drag peruana afincada en España Gad Yola, quien alberga pocas esperanzas, pero demanda un cambio estructural en el país que empiece “con la dimisión de la presidenta Boluarte, de las jefaturas policiales y militares” y siga con la disolución del Congreso y elecciones.

Es el sentimiento de peruanos afincados en España que comparten con EFE cómo están viviendo estas semanas de protestas desde la distancia y lo que esperan para su país, a pesar de que lo que ven “no es nuevo”.

Desde la destitución como presidente de Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre y la toma de posesión de Dina Boluarte, entonces vicepresidenta, las protestas diarias y enfrentamientos con la Policía dejan cerca de 60 muertos.

Gad Yola no esperaba el impacto de estas protestas y admite que no sabe “a qué espera Boluarte para renunciar”.

Echa la mirada atrás y tiene claro que si Keiko Fujimori hubiera ganado las elecciones de junio de 2021, en las que se proclamó vencedor Castillo, “esto no hubiera pasado”, ya que cree que “aún hay élites que no quieren que gobierne la izquierda”.

Pepe Mejía, periodista peruano con cuarenta años en España, explica a EFE que “la intención es que esta vez pase algo distinto”, porque estas protestas surgen cuando “ha habido muchos gobiernos (seis en los últimos cinco años) y ninguno ha solucionado los temas de fondo”.

Nuevas protestas, viejos problemas

Mejía indica que los problemas que enfrenta el país los arrastra desde al menos el periodo de Alberto Fujimori (1990-2000), quien desde 1992 gobernó con plenos poderes al cerrar de manera inconstitucional el Congreso tras dar un autogolpe de Estado.

Cuestiones ligadas directamente con las poblaciones indígenas y rurales, quienes “sufren los efectos más directos” de las actividades extractivistas de materias primas como minerales, pero que “no se benefician de los supuestos beneficios económicos”.

A su juicio, las reclamaciones de estas poblaciones que no viven en Lima, la capital del país donde “la clase política vive muy bien”, se han extendido por todo el país.

Algo parecido opina Stephanie Toledo, residente en España desde hace catorce años, quien dice a EFE que está “muy preocupada” por “los derechos humanos” estos días.

Cuestiona que “si existe libertad de expresión en un sitio donde se dice que es democrático” se esté dando este nivel de represión y lamenta que la comunidad internacional “no se haya manifestado ni desmarcado de esta dictadura”.

Toño Angulo vive estos días “con dolor, impotencia y turbación” y reconoce a EFE que lleva “tanto tiempo fuera del Perú” que a veces piensa que está “anestesiado para recibir este tipo de golpes tan fuertes en la vida”.

”Me cuesta comprender cómo en mi país se han degradado tanto las formas de hacer política, cómo los peruanos nos volvemos a olvidar una y otra vez de lo que significa vivir en democracia, cómo podemos ser tan buenos en fracasar en lo importante”, resume.

Este periodista con varias décadas en España, se hizo “adulto durante el primer gobierno de Alan García” y vivió “completo el primer fujimorismo” que “en materia de deterioro democrático, corrupción, autoritarismo y violación a los derechos humanos está claro que fueron los dos peores gobiernos” con los que se podía “cerrar el siglo XX”.

Fuente: EFE