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En una emotiva ceremonia por , el  lavó los pies de 12 presos de la cárcel romana de Rebibbia en Italia.

El acto en el cual el Papa Francisco representa la humildad de Jesús frente a sus discípulos, fue mucho más resaltante y es que su santidad lavó los pies a un niño.

En otro momento, el Papa Francisco lavó los pies de un hombre adulto quien abrazó a su santidad por varios minutos mientras este le cogió la cabeza.

Fueron seis hombres y seis mujeres, la mitad de ellos extranjeros, quienes recibieron la bendición del Papa Francisco.