El estado de Texas enfrenta una tragedia tras las fuertes inundaciones que devastaron varias zonas desde el viernes, dejando al menos 50 muertos y 27 niñas desaparecidas en un campamento de verano cristiano a orillas del río Guadalupe, según reportaron las autoridades.
Las lluvias torrenciales desataron crecidas en pocos minutos, con precipitaciones que superaron los 300 milímetros durante la noche, un tercio de la lluvia que recibe la región en todo un año. En Kerrville, el sheriff Larry Leitha confirmó que entre las víctimas se cuentan 15 niños y 28 adultos, mientras que cerca de 850 personas fueron evacuadas, incluidas ocho heridas.
En el campamento de verano donde permanecían cerca de 750 niñas, 27 menores siguen desaparecidas. “Seguiremos buscando hasta que encontremos a todos los desaparecidos”, aseguró Nim Kidd, jefe del departamento de gestión de emergencias de Texas, mientras equipos de rescate aéreos, acuáticos y terrestres rastrean la zona.
La tragedia ha dejado escenas de devastación en el campamento, con cabañas llenas de lodo, autos varados en árboles y ventanas rotas. “Cuando supimos que podría haber gente aquí, mi hermano y yo vinimos en camión lo más rápido posible para ver si encontrábamos algo”, relató Michael, un padre que llegó desde Austin en busca de su hija de 8 años.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, amplió la declaración de estado de desastre y solicitó recursos federales al presidente Donald Trump, quien expresó sus condolencias en redes sociales y confirmó la llegada de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, a la zona afectada.
La comunidad de Kerrville rinde tributo a las víctimas, entre ellas, Dick Eastland, dueño y director del campamento. Las autoridades indicaron que el río Guadalupe creció 8 metros en 45 minutos, atrapando a residentes y visitantes sin posibilidad de evacuación oportuna.
Mientras 500 rescatistas y 14 helicópteros participan en las labores de búsqueda, la Guardia Costera continúa evacuando residentes atrapados, en un operativo que, según Noem, continuará “todo el tiempo que sea necesario”.
Este desastre se suma a la muerte de 13 personas en San Antonio por inundaciones a mediados de junio, en un contexto donde los científicos advierten que el cambio climático está incrementando la frecuencia e intensidad de eventos extremos como lluvias torrenciales e inundaciones repentinas.