Tensión en Medio Oriente. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció hoy a Jerusalén como capital de Israel y ordenó que se traslade allí la embajada estadounidense, un anuncio que podría echar por tierra cualquier perspectiva de un proceso de paz mediado por Washington.
"He determinado que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel", indicó el presidente norteamericano en un discurso desde la sala de recepciones diplomáticas de la Casa Blanca.
Trump defendió que su decisión supone meramente "reconocer algo obvio" que Israel defiende hace décadas y que los anteriores presidentes estadounidenses no quisieron aceptar quizá "por falta de valentía".
"Esto no es nada más ni nada menos que un reconocimiento de la realidad. Es, además, lo correcto, algo que tiene que hacerse", argumentó el mandatario estadounidense.
De esta manera, Estados Unidos se convierte así en el único país del mundo que reconoce como capital de Israel a Jerusalén, donde ninguna nación tiene su embajada.
Cabe resaltar que Rusia, China, Siria, Turquía y el papa Francisco expresaron su preocupación por la decisión estadounidense y las consecuencias que pueda tener en la estabilidad en la región, sumándose a otras voces manifestadas ayer, como las de Francia, Italia, la ONU y el Movimiento de Países No Alineados.
¿POR QUÉ LA TENSIÓN?
En 1947 un plan de la ONU preveía la partición de Palestina en tres entidades: un Estado judío, un Estado árabe y Jerusalén como un "corpus separatum" bajo régimen internacional especial, administrado por Estados Unidos. Este proyecto fue aceptado por los dirigentes sionistas, pero rechazado por los líderes árabes.Tras la salida de los británicos y la primera guerra árabe-israelí, se crea el Estado de Israel en 1948, que hace de Jerusalén Oeste su capital. Y Jerusalén Este queda bajo el control de Jordania.
Sin embargo, Israel toma y se anexiona Jerusalén Este durante la guerra de los Seis Días en 1967. Luego, una ley fundamental aprueba en 1980 el estatus de Jerusalén como capital "eterna e indivisible" de Israel.
Ante esto la ONU no reconoció esta anexión y llamó a la comunidad internacional a retirar sus legaciones de la Ciudad Santa.