¿Qué hay detrás de los nombres de los papas? Muchos se afanan por predecir sin éxito cuando los cardenales se reúnen en un cónclave para elegir a un nuevo pontífice. No obstante, hay historias y anécdotas llamativas y poco conocidas, que el periodista, filólogo y ensayista italiano Giovanni Maria Vian, uno de los mejores conocedores de los entresijos del Vaticano y el papado, nos revela.

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Sabías que...

— El papa Francisco parecía estar seguro del nombre papal que elegiría su sucesor, y lo vaticinó en dos ocasiones. Ese nombre sería Juan XXIV, asegura Giovanni Maria Vian, quien atribuye estas predicciones a “la imaginación literaria que Bergoglio decía apreciar”.

El papa Benedicto XVI se reunió con el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, en el Vaticano, el 13 de enero de 2007. (Foto de ARTURO MARI / OSSERVATORE ROMANO / AFP)
El papa Benedicto XVI se reunió con el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, en el Vaticano, el 13 de enero de 2007. (Foto de ARTURO MARI / OSSERVATORE ROMANO / AFP)

— Hasta las primeras décadas del siglo VI, los papas conservaban su nombre de pila. A partir del año 532, algunos pontífices cambiaron su nombre, y esto se hizo costumbre desde 1009, cuando un romano llamado Pedro, el mismo nombre del primer apóstol, se hizo llamar Sergio IV, puntualiza Vian.

— En la serie histórica de papas y antipapas, Juan es el nombre que se repite más a menudo. En esa serie de Juanes, hubo dos Juan XXIII, el antipapa Baldassarre Cossa, elegido en 1410; y Angelo Roncalli, el ‘papa bueno’, que eligió ese nombre en 1958, según explica Vian, autor del libro ‘El último papa’.

Techo de la Capilla Sixtina en la Ciudad del Vaticano. EFE/ETTORE FERRARI
Techo de la Capilla Sixtina en la Ciudad del Vaticano. EFE/ETTORE FERRARI

Después de una votación válida, para elegir al papa en el Cónclave, dos preguntas (dichas en latín) preceden a la vestimenta papal del nuevo obispo de Roma por primera vez: ¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice? y ¿Cómo queréis que os llamen?, explican desde el servicio de noticias del Vaticano.

Si se acepta la elección, la multitud de fieles escuchará al protodiácono pronunciar las siguientes palabras, también en latín que resonarán en todo el mundo: “Les traigo una gran alegría: ¡tenemos al Papa! El eminentísimo y reverendísimo señor... que se ha dado a sí mismo el nombre...“, explica.

Así, “el nombre del nuevo Papa queda como la primera palabra grabada en la mente no sólo de los cristianos” destacan.

Añaden que “el nombre pontificio se pronuncia, tradicionalmente, en uno de los dos casos de la gramática latina, genitivo o acusativo, pero en pasado también en nominativo, y posiblemente va seguido de un adjetivo numeral ordinal”.

La tradición de cambiar el nombre después de ser elegido para el trono papal se ha convertido en una costumbre a lo largo de los siglos, según esta misma fuente vaticana.

“Entre los nombres más utilizados por los Pontífices tras su elección están los de Pío, Gregorio, Juan, Benedicto, Inocencio, León y Clemente. La lista de nombres de los Pontífices incluye, entre otros, los de José, Santiago, Andrés y Lucas”, según VN.

“El nombre pontificio está unido en muchos casos al de los santos, a los de los apóstoles. Ningún Pontífice, hasta ahora, ha elegido llamarse Pedro como el primer Pontífice” apuntan.

Giovanni Maria Vian: conocedor de los secretos vaticanos

El periodista, filólogo y ensayista italiano Giovanni Maria Vian, hijo del secretario de la Biblioteca Apostólica Vaticana, de la cual ha sido bibliotecario y que también trabajó en el Archivo Secreto Vaticano, fue director de L’Osservatore Romano, el periódico de la Santa Sede, entre 2007 y 2018.

Vian, que está considerado como uno de los mayores conocedores de la historia y los entresijos del Vaticano y el papado, desvela algunos aspectos llamativos y poco conocidos acerca de los nombres papales, en su ´libro ‘El último Papa’, una investigación en torno a la fascinante figura del vicario de Cristo, donde “abre algunas puertas secretas del Vaticano”.

Predicciones: nombre que vaticinó Francisco

Aunque obviamente nadie puede saber por anticipado quien sería el sucesor del Papa Francisco, el propio pontífice se aventuró en dos ocasiones a predecir el nombre papal que adoptaría quien sería elegido después que él: se llamaría Juan XXIV, según Vian.

La primera predicción fue en 2021, cuando al hablar con el obispo de Ragusa (Sicilia, Italia), quien lo había invitado a visitar la ciudad en el 75º aniversario de la diócesis, Bergoglio le dijo “en broma” que en 2025 sería Juan XXIV quien visitaría Ragusa, según reveló el prelado siciliano.

Bergoglio fue menos preciso en su segunda predicción, que tuvo lugar durante una rueda de prensa en su vuelo de regreso de Mongolia, en 2023, cuando en respuesta a una pregunta sobre Vietnam y una posible visita suya a ese país, afirmó: “ Si no voy yo, seguro que irá Juan XXIV” según destaca Vian.

El papa Francisco se convirtió en el primero de muchas cosas: el primer papa jesuita, el primer papa latinoamericano, el primero en elegir el nombre Francisco, el primero en ser elegido mientras su predecesor aún vivía, el primero en vivir fuera del Palacio Apostólico, el primero en visitar tierras nunca antes visitadas por un papa —desde Irak hasta Córcega— y el primero en firmar una Declaración sobre la Fraternidad Humana con una de las más altas autoridades religiosas del mundo musulmán. | Crédito: vaticannews.va
El papa Francisco se convirtió en el primero de muchas cosas: el primer papa jesuita, el primer papa latinoamericano, el primero en elegir el nombre Francisco, el primero en ser elegido mientras su predecesor aún vivía, el primero en vivir fuera del Palacio Apostólico, el primero en visitar tierras nunca antes visitadas por un papa —desde Irak hasta Córcega— y el primero en firmar una Declaración sobre la Fraternidad Humana con una de las más altas autoridades religiosas del mundo musulmán. | Crédito: vaticannews.va

Este reconocido periodista y ensayista italiano considera que la respuesta a la pregunta de por qué Francisco aseguraba que su sucesor elegiría llamarse Juan XXIV, quizá estuviera en “la imaginación literaria que Bergoglio decía apreciar”.

Explica Vian que el nombre papal Juan XXIV aparece en dos libros: ‘Señor del mundo’ (1907), de Robert Hugh Benson, que Francisco recomendaba, y en ‘Juan XXIII (XXIV): o sea La resurrección de don Quijote’ (1964), de Leonardo Castellani (firmada con el seudónimo de Jerónimo del Rey), que seguramente Francisco había leído.

“Pero ni siquiera el papa puede predecir el futuro, a diferencia de gran parte de los periodistas, que desde hace años, con ejercicios prematuros e inútiles, se afanan en saber a qué cardenal elegirá el próximo conclave como pontífice” señala Vian.

Sustituciones

Hasta las primeras décadas del siglo VI, los papas conservaban su nombre de pila. Pero el último día del año 532 fue elegido el sacerdote romano Mercurio, que decidió llamarse Juan II, tal vez por considerar que el nombre de un dios pagano no era adecuado para un papa, según Vian.

A partir de allí, algunos pontífices cambiaron su nombre: en el año 561 y otros en el siglo X, cuando la costumbre se impuso y se hizo permanente tras la elección, en 1009, de otro romano, Pedro, quien no atreviéndose a conservar su propio nombre, que era el del primero de los apóstoles, se hizo llamar Sergio IV, según puntualiza.

Desde entonces, solo dos pontífices han sido la excepción, conservando sus nombres de pila, y ambos eran reformadores, de acuerdo a Vian.

A principios de la Edad Moderna, en 1522, el flamenco Adriaan Florenszoon (hasta la elección de Wojtyla, el último papa no italiano) se llamó Adriano VI, y en 1555, Marcello Cervini, originario de la región italiana de las Marcas, se llamó Marcelo II, pero reinó solo tres semanas, según apunta.

Repeticiones: una serie de Juanes

En la serie histórica de papas (y de antipapas), Juan es el nombre que se repite con mayor frecuencia, según Vian.

No obstante, a finales del siglo X la incertidumbre de las noticias sobre las sucesiones en la cátedra romana creó papas que nunca existieron y alteró la numeración de los Juanes, como en la serie de retratos papales de la basílica romana de San Pablo Extramuros, considerada oficial durante siglos, asegura.

Señala que “en 1410 el napolitano Baldassarre Cossa eligió este nombre recurrente, convirtiéndose en el antipapa Juan XXIII, quien fue un prelado controvertido, que estuvo enfrentado a otros dos papas en el caótico contexto del Cisma de Occidente”.

Desde entonces, durante casi seis siglos, no se retomó ese nombre (con el mismo ordinal), es decir Juan XXIII, hasta 1958, cuando lo eligió Angelo Roncalli, el patriarca de Venecia, de 77 años”.

La enorme popularidad de Roncalli, mitificado como el ‘papa bueno’ que convocó el Concilio, y considerado como un pontífice progresista y profético, quizá también explica en parte, porque el papa Francisco predijo en dos ocasiones que el nombre papal de su sucesor sería Juan XXIV, concluye Vian.

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