Venta de cigarrillos se desploma en Corea del Sur tras subida de precios

Las ventas de cigarrillos en Corea del Sur se ha desplomado los primeros días del año tras la entrada en vigor el pasado 1 de enero de una subida del precio al tabaco que casi duplica el coste de las cajetillas, informó la prensa local.

Según fuentes de la industria tabaquera, el primer día del año la venta de tabaco cayó un 49 por ciento en comparación con el mismo día del año anterior, una tendencia que se espera que continúe.

Por otra parte, las ventas de cigarrillos electrónicos se han disparado, y la tienda on line G-Market registró en Corea del Sur que sus ventas de estos dispositivos en diciembre se multiplicaron por seis.

El Parlamento surcoreano aprobó el pasado mes de septiembre una subida del paquete de cigarrillos para 2015 desde 2.500 a 4.500 wones (de 1,9 a 3,4 euros/2,25 a 4 dólares), que persigue precisamente reducir el consumo de tabaco.

Aunque las caídas de ventas podrían deberse a que los fumadores acumularon existencias antes de la subida del precio, el Ministerio de Salud espera que el consumo este año se reduzca de 4.300 millones de paquetes a 2.800 millones, lo que supone un 34 por ciento menos, informó The Korean Herald.

Tras aprobar la subida de precios, el Gobierno de Seúl se comprometió, además, a ampliar las zonas libres de tabaco y aumentar las multas para aquellos que fumen en lugares no permitidos.

Según la Fundación para la promoción de la salud local, el número de personas que se registró en programas médicos para dejar de fumar desde septiembre a noviembre aumentó un 46 por ciento en relación con el mismo periodo de 2013, lo que las autoridades consideran que está directamente relacionado con la subida de los precios.

Tras la entrada en vigor del contundente incremento, las tiendas empezaron a vender desde año nuevo cigarrillos sueltos, una costumbre desaparecida en el país desde hace décadas.

A pesar de que la compra por unidades sale más cara, muchos clientes apuestan por esta opción ante el shock psicológico que les supone pagar el nuevo precio por una cajetilla, afirmaron vendedores locales.