Al público que no tiene idea de cómo escoger a los más idóneos en el océano de candidatos que les son mayoritariamente desconocidos, le puede resultar útil la matriz de “conexiones” que propone Julian Treasure (TED) para analizar a un buen candidato político, apelando a lo que nos hacen sentir cuando los escuchamos en los medios o vemos en las pancartas

El propone un filtro de 7 pasos para evaluar a los que observamos:

1) No a chismosos: gustan de hablar mal del ausente (y lo harán con otros y contigo también).

2) No a juzgadores: al juzgar a otros asumen superioridad y rompen la horizontalidad del diálogo democrático.

3) No a negativistas: si todo anda mal, ese foco no anuncia una opción optimista y de colaboración para el bienestar colectivo.

4) No a los quejosos: es una actitud de ver lo que anda mal (causado por los otros además) lo que no ayuda a captar claramente qué para construir alternativas mejores junto con los otros.

5) No a los que se excusan: si los otros siempre tienen la culpa de todo, se hace evidente su dificultad para asumir las responsabilidades por lo suyo.

6) No a los que exageran: exagerar lo bueno o lo malo para llamar la atención es prima hermana de mentir.

7) No a los dogmáticos: confundir hechos con opiniones y pretender que sus opiniones tienen la validez científica de los hechos, también es una forma de deshonestidad.

El candidato más confiable es el que transmite honestidad -habla claro y directo-, Autenticidad -se para sobre su propia verdad, sin acomodarse a lo que otros quieren oír-, Integridad -hace lo que es-, Amor -desea lo bueno para todos-.

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