A estas alturas, cuando la mayoría de colegios privados iniciaron clases el 1 de marzo y los públicos progresivamente el 14, 21 y 28 de marzo, podemos decir que por fin -con todas sus debilidades- se abrieron las escuelas para todos sus alumnos.

Es un logro después de que el Estado tuvo cerrados y abandonados alrededor de 54 mil locales escolares públicos durante 2 años a pesar de disponerse de dinero para el mantenimiento preventivo y la adquisición de Kits de higiene. El 2020 y el 2021 tuvimos una educación a distancia aceptable en los colegios privados, pero muy precaria en los centros estatales. En lo que respecta a la incorporación de los alumnos a la semipresencialdad al final del 2021 se llegó solo a casi el 9%.

En marzo y abril el metro de distanciamiento social obligó a que más del 50% de alumnos fueran a clases solo 2 o 3 días a la semana. Con una débil o casi inexiste educación a distancia para más de 6 millones de estudiantes de bajos recursos. Al eliminarse esta disposición (1 m de distanciamiento) el 27 de abril es que finalmente el 2 y 3 de mayo se reiniciaron las clases presenciales plenas.

Lo importante ahora es la recuperación de los aprendizajes previos, y a partir de ellos, en cada área curricular y grado recién comenzar poco a poco a desarrollar los nuevos saberes. Es un proceso que debe ser permanente en el marco de una paciente mediación pedagógica de los docentes con el apoyo activo de los padres. Siempre en el marco de una consistente tutoría y acompañamiento socio emocional(ojo con el bullyng). Un tema preocupante, como lo señala Unicef es : alrededor de 700 mil escolares estarían a punto de dejar las escuelas; es decir, “que el Estado los abandone”

Esta temática, entre otras, se tratará en el XII Congreso Internacional Encinas “Camino a la transformación global de la educación” que organiza anualmente la Derrama Magisterial. Se desarrollará virtualmente desde hoy 14 hasta el 17 de junio.