Las últimas declaraciones de la ministra Mazzetti y del propio presidente Sagasti, me dejan la sensación de que la situación ya desbordó y que el gobierno empieza a preparar a la población para otro año malo. De partida, el propio Mandatario señaló que, si todo sale bien y las vacunas chinas llegan en el primer trimestre, se podrá vacunar sólo a un tercio de la población, cuando hay especialistas que sostienen que para que la vacuna “le tuerza el brazo” al virus, se necesita al menos un 60 o 70% de vacunados. Y la ministra de salud lo dejó claro: “no es cosa de una pastillita y si no nos ponemos las pilas, esto nos va a arrollar”.

Esto implica que este año no resolveremos el problema, por lo que los protocolos de seguridad y prevención – incluyendo el teletrabajo y la teleducación – seguirán con nosotros mucho más de lo que creímos. Por ello, considero un error no sincerar la situación educativa y no preparar desde ahora a los padres de familia comunicando oficialmente que todo este año, por lo menos, la educación tendrá que ser virtual. No es un asunto de elección, sino de factibilidad técnica. El gobierno no solo debería contentarse con las tablets, sino enfocarse con todo a mejorar la conectividad a fibra óptica estableciendo acuerdos de urgencia con los operadores privados, para hacerla masiva, de modo tal contemos pronto con una mejora significativa en la conectividad de internet.

Entiendo al gobierno al querer aparentar control, pero si se sigue vendiendo esa falsa sensación, proseguirá el relajo. Nuestra gente entiende en el límite. No antes. La falta de rigor al permitir uso parcial de playas o reuniones proselitistas que aglomeran población, está a punto de desencadenar un retorno a la cuarentena total, con el perjuicio que eso significará a la economía. Hay que recordar que hoy ya no tenemos la solvencia de caja fiscal que tuvimos cuando el régimen vizcarrista echaba mano a fondos públicos y deuda externa a placer. Esa bala ya la usamos.