A nivel internacional tenemos que se han formado dos coaliciones, pues no son alianzas; por un lado, Estados Unidos, Iraq, Jordania, Francia y eventualmente Arabia Saudí; y por el otro, Rusia, Irán y Siria, a fin de combatir al Califato del Estado Islámico, que se ha instalado en territorios sirios e iraquíes. La primera ha venido llevando a cabo esporádicos bombardeos, supuestamente en territorios ocupados por el Estado Islámico; y la segunda ha iniciado sus bombardeos hace solo cuatro días. El hecho es que Estados Unidos acusa a Rusia de que ha bombardeado los territorios que corresponden a los contrarios al régimen de Bagdad y no al Estado Islámico. Moscú ha respondido que sí lo ha bombardeo, mostrando las pruebas de su acción. El tema por ahora ha quedado en los dichos de las partes, pero ambos siguen actuando. Nos parece muy bien que continúen haciéndolo, pero el peligro se encuentra en que en el teatro de operaciones estén actuando fuerzas antagónicas entre sí. Estas acciones se realizan sin ninguna colaboración o cooperación, y el riesgo de que por accidente se encuentren es muy grande. Estamos hablando de unidades armadas que se mueven hacia objetivos predeterminados, ¿pero qué sucedería si se encuentran sobre él las dos formaciones aéreas? Creemos que es un juego sumamente peligroso el que se viene desarrollando, especialmente si las potencias involucradas se pueden ver envueltas por accidente en una confrontación entre sí mismas. La ONU debe intervenir de inmediato y conformar una fuerza bajo su mando y evitar estos inútiles riesgos, especialmente si en ambas coaliciones se encuentran enemigos irreconciliables.