Los problemas que vemos en El Metropolitano al día de hoy son el resultado de la acumulación de varios temas sin resolver desde hace más de 5 años. Se trata de un contrato de concesión por 12 años de vigencia a 4 operadores de flota vehicular y un operador de recaudo. Mediante una adenda cuando aún el contrato se encontraba bajo la responsabilidad de Protransporte de la Municipalidad de Lima, se estableció como condición de inicio del contrato la construcción de los 12 km de la ampliación norte que llega hasta Chimpu Ocllo. En el 2019 -2020 la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) le delegó a la Municipalidad de Lima la construcción de la infraestructura la que se terminó de construir a finales del 2022 pero que no fue recibida por la cantidad abismal de observaciones realizadas por la ATU.

No ha sido sino hasta la gestión del expresidente de la ATU, José Aguilar, y del alcalde Rafael López Aliaga que se empezó a trabajar en el destrabe de este proyecto teniendo como resultado la entrega parcial de 4 estaciones, mientras se iba trabajando en la corrección de las demás estaciones. Serán ambas entidades las que comuniquen la fecha final de puesta en operación de todas las estaciones restantes. Pero el problema no es este, sino que a partir de dicha fecha “iniciará en papeles” el contrato de concesión con una la necesidad de renovar la flota vehicular porque esta ya venció su vida útil (por ello los recurrentes desperfectos de los buses). En este escenario, la ATU tiene 2 opciones: llegar un acuerdo con los concesionarios bien sea bajo la figura de una adenda o nuevo contrato; o caso contrario, la caducidad del contrato. Ambos escenarios demandan a la ATU capacidad para evitar la paralización de los servicios.

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