En recientes reuniones con directores y docentes de Lima y provincias me comentan que en varios colegios se estaría adiestrando a niños y niñas de segundo de primaria para obtener buenos resultados en la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) 2015, que se aplicará en los próximos días. Esto es más evidente en varios centros públicos para hacerse merecedores de un bono económico.

Resulta alentador que se busque que un alto porcentaje de alumnos tenga logro suficiente en comprensión lectora y matemática, pero no debe ser resultado de un reforzamiento mecánico, sino de la interiorización y transferencia de aprendizajes significativos mediante el desarrollo de procesos pedagógicos regulares, sostenidos, interactivos y creativos, en un marco consistente de formación integral.

Parece ser que algunos monitores, acompañantes, profesores fortaleza, asistentes pedagógicos, así como especialistas de las DRE, UGEL y del propio Minedu, estarían impulsando a que los directores y docentes de grado prioricen este entrenamiento, pues, cuando algunos padres de familia reclaman a los directores el por qué dejan a sus hijos e hijas en la tarde para esto, aducen que contarían con el apoyo del Minedu.

La experiencia internacional señala que las pruebas censales con altas consecuencias en remuneraciones y otros estímulos externos llevan el adiestramiento de los estudiantes. Por ello, es recomendable que la Alta Dirección del Ministerio de Educación tome medidas inmediatas para evitar que se desvirtúe esta evaluación estandarizada, cuya finalidad, a partir de sus resultados, es contribuir a tomar decisiones efectivas y pertinentes para avanzar hacia el mejoramiento de la calidad educativa.