El 30 de marzo es la fecha en la que se espera que el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez empiece sus operaciones y, como toda obra de esa envergadura, hay una serie de cuestionamientos sobre si en esta ocasión se cumplirá con el plazo que ya fue ampliado en una oportunidad, pues se tenía previsto que empiece a funcionar el 30 de enero pasado.
Todos queremos un terminal aéreo de primer mundo, pues el actual aeropuerto ya ha quedado pequeño para el flujo de pasajeros que recibe anualmente, pero eso no es excusa para que el nuevo terminal empiece a operar sin estar completo y poniendo en riesgo a las millones de personas que la usarán.
La concesionaria del terminal, Lima Airport Partners (LAP), dice que está terminando con los trabajos al tiempo que viene realizando las pruebas de sistemas críticos y que todo estará listo para la fecha prevista. Por otro lado tenemos a la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI) que cuestiona a LAP por una supuesta “falta de transparencia” respecto a cómo va el avance de la obra.
Quien debe dirimir es el Estado, a través del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y esperamos que lo haga teniendo en cuenta no solo las ganancias de los operadores sino el bienestar de la ciudadanía.