El inicio del juicio oral contra el expresidente Pedro Castillo por el fallico golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022 ha servido no solo para ver el circo barato que trató de armar el cabecilla de la asonada contra la legalidad y el Estado de derecho al presentarse sin abogado en su intento por frustrar la instalación del proceso, sino también para tener que soportar las alucinaciones del presidente colombiano Gustavo Petro, quien nuevamente se ha puesto del lado del aprendiz de tirano que ahora trata de victimizarse.
Este exguerrillero que parece que no siempre anda en sus cabales –especialmente durante las madrugadas– pese a la inmensa responsabilidad que tiene como jefe de Estado, ha dicho que Castillo está sentado en el banquillo “por ser pobre y de izquierda”, para añadir que el proceso es “un insulto a la convención americana de derechos humanos y un insulto a la democracia”. ¿Democracia? Eso es precisamente lo que quiso romper su defendido que además de golpista es un tremendo corrupto.
Añade este exintegrante de la banda armada M-19, en su momento hermanada con los secuestradores y asesinos del MRTA, que “la voluntad popular que lo eligió presidente fue simplemente burlada”, como si no supiera que el profesor gozó de legitimidad constitucional pese a las denuncias de corrupción en su contra, hasta el momento mismo en que decidió salirse de la legalidad al proclamar en cadena nacional la rotura del Estado de derecho a fin de iniciar una tiranía sin separación de poderes.
Lamentablemente para Colombia, un país que como el nuestro ha sufrido por el terrorismo y el narcotráfico, su presidente Petro se ha convertido en un meme que sale en defensa de Cuba, Venezuela y ahora de Castillo, tras haber dado pena por un enfrentamiento con el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, sobre condiciones arancelarias. ¿Habrá estado en completo uso de sus facultades al momento de hacer los papelones por los que ya se ha hecho famoso?
El gobierno de Lima debería evaluar si con esta nueva intromisión de Petro en el proceso judicial contra el último golpista de nuestra historia, se mantienen vigentes las gestiones que hace Torre Tagle con la cancillería del vecino país para restablecer plenamente las relaciones diplomáticas que se vieron afectadas por la defensa que ha venido haciendo el patético gobierno de izquierda colombiano desde el momento mismo del quiebre constitucional dispuesto por Castillo, la cual es inaceptable.