El régimen totalitario de Corea del Norte, a través de la Agencia Telegráfica Central de Corea, único medio informativo del país peninsular, reportó el 1 de enero de este año, que el líder supremo Kim Jon-un, evaluó y ordenó a la jerarquía militar norcoreana, movilizar los medios armamentísticos más poderosos para aniquilar a las fuerzas militares enemigas norteamericanas y surcoreanas, solo si estos optan por la confrontación militar.

Por primera vez, en la creciente tensión militar de la península coreana, la amenaza incluye la utilización de armamento nuclear, por consiguiente, de producirse una guerra, la devastación y el aniquilamiento mutuo, no tendría precedentes. En 1955, las más eminentes autoridades científicas del mundo, firmaron una declaración sobre armas nucleares, conocida como el Manifiesto Russell–Einstein. Esta declaración trata el peligro muy real de la exterminación de la raza humana por el polvo y la lluvia de las nubes radioactivas, como consecuencia de la guerra nuclear.

El desastre sería total, ya que las bombas nucleares pueden expandir su destrucción y las letales partículas radioactivas descenderían y se expandirían gradualmente. “Ante cualquier futura guerra, se emplearían con certeza armas nucleares”, sostiene la declaración mencionada, considerando que es el problema más grave que haya enfrentado la raza humana.

¡El principio bélico de la inevitabilidad del uso de armamento nuclear, es una realidad! Los científicos que analizaron esta declaración son profundamente pesimistas, proponen como solución encontrar medios pacíficos de resolución de conflictos y prohibir la proliferación de armas nucleares. La única esperanza es evitar la guerra.