Hoy el mundo conmemora 566 años del nacimiento del célebre comerciante y cosmógrafo florentino Américo Vespucio (1454-1512), a cuyo nombre nuestro continente se hizo un espacio en la sociedad internacional. En efecto, América, conocida entre los coetáneos del italiano influenciados notablemente por la vorágine de los viajes de circunnavegación del siglo XV, ha pasado por diversos momentos de complejidad en su vida internacional. América, entonces, nombre hecho famoso por el cartógrafo Martín Waldseemuller, que por primera vez la acuñó en su mapa Universalis Cosmographia (1507) en homenaje a Vespucio, aunque seguirá siendo el nuevo continente desde la histórica y tradicional mirada de denominado viejo mundo, ya comporta un espacio geográfico y geopolítico relevante en el sistema internacional. No olvidemos que es el segundo continente más grande del planeta después de Asia, con una superficie de 42,55 millones de km2 y con una población actual que supera los 1025 millones de habitantes, divididos gruesamente entre anglosajones y latinoamericanos, es decir, población rica y desarrollada y población en desarrollo, respectivamente. Quizás el dato más relevante en términos de poder internacional sea que en América se encuentre el país más poderoso del mundo: EE.UU. (Hegemón) y sea el continente que privilegiadamente se halle bañado por las aguas de los dos océanos más importantes del globo: el Pacífico y el Atlántico. En pleno siglo XXI, América sigue siendo privilegiadamente un continente de paz, es decir, no es un espacio del mundo que podría ser identificado como un área de recurrencia de conflictos como en contraste sí sucede con el Medio Oriente, por ejemplo. Debió serlo pues gran parte de los recursos que requiere el mundo se encuentran en nuestro hemisferio. Ha sido y es apetecible por los países poderosos del planeta que desde el comienzo de la edad Moderna han orientado sus políticas exteriores hacia una de proyección y/o penetración económica. Hoy, en que América Latina, sobre todo, había comenzado a despegar económicamente luego de una etapa de postración a mediados del siglo XX -el tercermundismo-, ha sido impactado por la corrupción en sus países, frenando su proyección. ¡Debe ser revertido!

TAGS RELACIONADOS