La maldad tiene distintas formas y dimensiones. Destruir la institucionalidad desde el poder es la más vil y potente de sus manifestaciones. No les es suficiente condenar al hambre a los más pobres. Van por enfrentar pueblo contra pueblo, que una parte del pueblo arrodille a la otra. Lejos de propósito de enmienda, se burlan de la representación nacional y del país, negando la apología a la violencia y odio practicada por el primer ministro.

El premier dice que quiere el dialogo y coordinacion entre Ejecutivo y Legislativo, y en la casa del Legislativo nuevamente desafia al Congreso a que lo censuren. Su estrategia es tan burda como nociva, debilitar al Congreso y ponerlo al filo de la disolución; por ello su presencia en el gabinete impide cualquier intento serio de dialogo, lo cual perjudica al país, ya que genera inestabilidad política. Ello se traduce en falta de inversión, y ello a su vez en menor crecimiento del PBI, en menos puestos de trabajo, informalidad y hambre, daño enorme equiparable al ego del citado oficial.

Las proyecciones del ministro de Economía publicadas por un diario local, dan cuenta de que los trabajadores informales han alcanzado aproximadamente en un millón, respecto al año pasado (el Instituto Nacional de Estadística e Informática últimamente informó que la cifra de trabajadores informales alcanza los 9,7 millones) . También ha señalado que el país crecerá sobre el 2,5%, crecimiento insuficiente para reducir la pobreza y generar empleo a los cerca de trescientos mil jóvenes que se incorporan cada año al mercado laboral. Las carencias y necesidades se incrementan en tanto la economía se contrae, dentro de este esquema; ya sabiendas de lo que ocurre, se empeñan en mantener posturas ideológicas que ahuyentan la inversión.

No existe ni un sector del gobierno que muestre “logros” que signifiquen bienestar para el pueblo, señalan como “logro” no haber “expropiado ni nacionalizado”; en tanto el régimen se desmorona en el hedor de su corrupción. Debe evitar más daño al país, dejando de hacer apología del odio y división entre peruanos.