La agresión sufrida por el congresista Alejandro Cavero en un evento social el fin de semana último es inaceptable, pues no se puede permitir que el cuestionamiento por postulas políticas e ideológicas lleve al insulto en la vía pública o al golpe, una situación que lamentablemente se está haciendo frecuente.
Tiempo atrás vimos una agresión similar sufrida por los congresistas Patricia Chirinos y Luis Aragón en un local nocturno de Barranco, y un ataque verbal al fiscal superior Rafael Vela Barba en una zona comercial de Estados Unidos.
También han sido objeto de agresiones los periodistas Beto Ortiz, Rosa María Palacios y Marco Sifuentes, todo lo cual debe ser condenado por quienes creemos en la libertad, la democracia y la exposición de ideas, por más opuestas que sean, como aporte al crecimiento del país.
No hay justificación alguna para la bravata, el grito, el insulto, y menos para el golpe, el puñete, el jaloneo y el arrojo de objetos, vengan de donde vengan.
Estamos a año y medio de las elecciones generales del 2026, y si desde ahora no se suman esfuerzos para reducir la polarización política que lleva a agresiones verbales y físicas, la contienda podría hacer noticia por este tipo de situaciones que deberían estar desterradas en toda democracia y país con libertades vigentes.