Debo reconocer que en las últimas semanas, cuando algunos decían por ahí que el ministro del Interior, Daniel Urresti, con sus apariciones mediáticas y sus efectistas políticas contra la inseguridad ciudadana, se venía perfilando como el posible candidato presidencial del humalismo para el 2016, fui escéptico. Creí que sus detractores le estaban buscando tres pies al gato y que era tal su rechazo a este personaje, que eran capaces de decir cualquier cosa para bajarle los bonos.

Sin embargo, ayer por la mañana, cuando vi al titular del despacho de Corpac saliendo a pechar y a exigirle cuentas claras al rechazado presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Manuel Burga, se hizo más o menos claro que el ministro más popular del régimen ha sido enviado a buscar mayor aceptación recurriendo a lo que da popularidad: enfrentarse a quien el 95 por ciento del país considera como el causante de que hace 32 años veamos los mundiales de fútbol por televisión.

En los 22 años que llevo haciendo periodismo, jamás vi a un ministro del Interior haciéndole frente a la históricamente cuestionada FPF. Quizá un titular de Educación dijo algo o el presidente del Instituto Peruano del Deporte (IPD). Es por eso que llama la atención la nueva “misión” de Urresti, pese a que se supone que su sector es uno de los más complicados y que tiempo es lo que menos debe de sobrarle en su labor de hacerle frente políticamente al hampa.

Urresti suele quejarse de la prensa y de los exministros y exjefes policiales que salen a criticarlo. Razón no le falta en muchos casos, pues es irónico que algunos antiguos responsables de nuestra seguridad, que en su momento no hicieron mucho y son los causantes indirectos de la violencia que no viene de ahora, sino de muchos años atrás, hoy den recetas salvadoras que cuando estuvieron en sus cargos no supieron aplicar. Sin embargo, con lo de ayer, sin duda él solo se ha buscado los sablazos.

Cometería un grave error el gobierno del presidente Humala si comienza a distraer a sus funcionarios con una campaña asolapada con miras al 2016, donde seguramente el humalismo necesitará una locomotora que permita llevar el mayor número de partidarios al Congreso. En el sector Interior hay temas más importantes que estarse peleando con Burga por no ir al mundial. Hay sicarios, narcotraficantes, extorsionadores, pistoleros y demás indeseables sueltos en plaza.