El concepto ‘paradigmas’ ha ido creciendo al ser aplicable a varios campos que pueden ser académicos o disciplinares. Ahora nos interesa el concepto humano: un paradigma es aquella persona que se constituye en un modelo, patrón o ejemplo a seguir.

Puede ser discutible, pero me atrevo a afirmar que hoy somos un país carente de paradigmas, por lo menos en el ámbito social, público. Se nota la ausencia de esas personalidades que se ubican en un espacio distinto, especial, cuyas opiniones no son solo valiosas sino indispensables -incluso para quienes no simpatizan con ellas- porque no están regidas ni por pasiones ni intereses subalternos.

Tengo la convicción que uno de ellos ha sido el doctor Jorge Basadre Grohmann. Proveniente de su Tacna natal a los nueve años, hizo en Lima sus estudios y desde muy joven, apenas de 17 años, asumió un compromiso con su país.

Contra lo que algunos suponen no fue Basadre una personalidad neutra o indiferente en posiciones políticas. Para ser fiel con sus convicciones de historiador prefirió la soledad que lo hizo más libre. Pero su compromiso con el Perú se expresó de dos maneras: con una apasionada dedicación a su trabajo y con el respaldo que ofreció, sin condiciones ni distingos, a la juventud.

Por todo esto y mucho más saludemos la aparición de “Jorge Basadre”, un libro ilustrado –sin duda para lectores que se inician- cuyo autor es Felipe Ortiz de Zevallos, donde se muestran pasajes de la vida y obra de un verdadero paradigma peruano.

Con una vida pródiga en actividades de diversa índole, FOZ posee el inmenso y adicional honor de ser sobrino nieto del Historiador de la República.