Muy grave lo señalado por la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, en el sentido de que a su institución se le quiere asignar la tercera parte del presupuesto que requiere para su óptimo funcionamiento, esto en momentos en que el presidente Pedro Castillo afronta seis investigaciones por presuntos actos de corrupción junto con miembros de su familia y gente de su entorno, varios de ellos prófugos o tras las rejas.

Se entiende que las instituciones públicas hagan planteamientos de recursos de forma maximalista que pocas veces se concretan. Pero la diferencia entre lo que exige el Ministerio Público y lo que se le pretende asignar, es abismal. ¿Bloqueando la labor de los fiscales? ¿Qué se pretende? Es de esperarse que esta situación sea corregida para que los casos pendientes, especialmente los que implican al poder, puedan avanzar.

Pero no es lo único. Hasta ayer hemos tenido como procuradora general a Maria Caruajulca, quien no cumplía con los requisitos básicos para el cargo. Fue colocada por el Poder Ejecutivo, luego de la arbitraria destitución de Daniel Soria, quien trató de actuar con independencia frente a las corruptelas del régimen de Castillo. Fue una de las primeras acciones del régimen para bloquear el trabajo de la justicia.

Durante los meses en que la señora Caruajulca estuvo en el cargo, se caracterizó por ni siquiera intervenir en los interrogatorios al presidente. ¿Para quién jugaba? Era evidente. Desde ayer ha tenido que ser enviada a su casa, pero en su lugar se ha colocado a una persona con dudosos antecedentes. Queda estar muy vigilantes. La gente que está en el poder no da puntada sin hilo. Todo apunta a proteger a un presidente incompetente y casi probadamente corrupto.

Acá vemos dos acciones que sin duda favorecen al mandatario y su entorno embarrados hasta el cuello en casos de corrupción. Siguen usando al Estado para blindarse, como lo hacen al meter la mano en el Ministerio del Interior y la Policía Nacional, pero claro, insisten con el discurso de la victimización y el de hacerse los “pobrecitos” frente a las “arremetidas” de los rivales del gobierno. Pura mentira.


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