El sábado último, con motivo del 42 aniversario de la creación de la Dirección contra el Terrorismo de la Policía Nacional (Dircote), unidad que dio los más devastadores golpes a las cúpulas de las bandas armadas que desde inicios de los años 80 trataron de tomar el poder en el Perú por medio de la violencia, la presidenta Dina Boluarte señaló que corresponde mantener viva la enseñanza de que la democracia se defiende, y que la paz no depende de ideologías truncas y desfasadas.
La mandataria también lanzó grandes y merecidos elogios a los agentes de la Dircote de ayer, y también a los de hoy que siguen luchando contra los putrefactos residuos de las sectas armadas que se mantienen activos tratando de tener presencia a través de grupos de fachada. Hasta ahí todo bien, nadie podría cuestionar las palabras de la jefa de Estado, sin embargo, no deja de llamar la atención que este discurso venga de quien hace menos de cinco años fue parte de la plancha presidencial de un filosenderista como Pedro Castillo.
Los nexos del actual recluso del penal Barbadillo con Sendero son innegables. Allí están los videos policiales en que se ve a Castillo en reuniones con condenados por terrorismo que eran parte de su sindicato de maestros radicales, revoltosos y tira piedras. No olvidemos tampoco el nombramiento como ministro de Iber Maraví, un sujeto vinculado a atentados dinamiteros en Ayacucho en los años 80, y las recurrentes visitas de gente cercana al Movadef a Palacio de Gobierno durante su mandato.
Boluarte fue la número dos en la plancha presidencial y más tarde ministra de Castillo. ¿No sabía acaso que su líder tenía esos explosivos nexos? Hay dos posibilidades: O la señora vivía en el espacio sideral y no sabía con quién se había aliado para entrar en política; o simplemente no le interesó, por pura conveniencia, ese “pequeño detalle” con tal de tener la posibilidad de llegar a ser vicepresidenta por un partido como el de Vladimir Cerrón, que además profesaba la ideología “trunca y desfasada” que hoy critica.
Ahora que vienen las elecciones, sería bueno elegir bien, y no como en el 2021, en que se votó por Castillo, pero también por una señora como Boluarte que ahora le hace ascos a todo aquello por lo que sacó cara e hizo campaña para pedir el respaldo de los ciudadanos que terminaron ensartados al elegir al candidato de Sendero Luminoso a través del Movadef, y a una vicepresidenta y hoy presidenta que con las manos en los bolsillos miraba al cielo, sea por despistada o por convenida, una posibilidad peor que la otra.