En la última década en los discursos de los funcionarios y técnicos de la gestión pública y ONG se han acuñado expresiones de moda, tales como: “en la lógica de”,  “con evidencias”, “lecciones aprendidas”, “eliminar la brecha o las brechas” .Expresiones recurrentes en disertaciones, escritos y presentaciones audiovisuales. No las descalifico ni las pontifico, pero hago notar que muchas veces no tienen un correlato con el discurso en sí, ni con los resultados que se aspiran alcanzar, por ejemplo, en las políticas y medidas educativas.

Como profesor durante 10 años en el Instituto de Gobierno y Gestión Pública de la USMP hacía cuestionamientos a la utilización, especialmente, de la expresión: “brecha o brechas”. He decidido compartir con ustedes lo inconveniente que me parece esta expresión recurrente al conocer que un encuentro educativo en nuestro país se tituló, sin duda con la mejor intención: “Encuentro Nacional por los Aprendizajes del Perú. Cero brechas de aprendizajes”. Entiendo en la búsqueda de la igualdad y mejora de los logros de aprendizaje.

Sin embargo, creo que es inapropiado el uso generalizado de esta expresión. Para el efecto, presento sólo un ejemplo usando los resultados de la evaluación muestral del 2022. En matemática-segundo grado, en el ámbito urbano los logros son 13.1% y en el rural 5.5%. “Brecha: 7.6%”. Ahora supongamos que en la evaluación respectiva 2023 en el mismo grado en el ámbito urbano se alcanzara el 13 % y en el ámbito rural 7%. “La brecha habría disminuido a 6%” . Y  entonces,  podríamos  afirmar que estamos mejorando:” cerrando brechas” Pero en realidad ¡ no es así! ¿o sí? Por eso debemos plantear como una meta no cerrar brechas en aprendizajes, sino, por ejemplo, que logremos “aprendizajes óptimos (LGE) por encima del 50% en el Perú en colegios urbanos y rurales  en un contexto de equidad e inclusión”…¿O cero brechas en logros de aprendizaje en la precariedad educativa?