Acabamos de presenciar el mayor psicosocial montado para dirigir y manipular la voluntad popular. Realmente, los que en Palacio han dirigido este acto superaron con creces a su maestro Montesinos. Han tratado de brindarle una excelente publicidad al candidato Guzmán durante varios días, pero sobre todo presentarlo como un mártir y un gran luchador por los derechos individuales, pero lo que han logrado es desnudar el hecho de que es el candidato elegido por Palacio. 

Ahora el caviaraje y periodistas de algunos medios han quedado al descubierto en sus intenciones y especialmente en la demostración de para quién trabajan. Por otro lado, tenemos al mismísimo candidato Urresti (supuestamente el candidato oficial de Nacionalismo) que le exige públicamente a Nadine, presidente de dicha agrupación, que defina claramente quién es el candidato oficial. 

Pero lo que da mucha pena es ver cómo todas las autoridades electorales se han entregado a la presión palaciega y de algunos medios de comunicación. Esperemos que los electores nacionales no caigan en esta trampa y no voten por un salto al vacío que ya experiencias tenemos con Toledo y ahora Ollanta. 

El primero por sus persecuciones violando los derechos humanos de la debida defensa y su fanfarria caviar, con personajes como la Townsend que funge de luchadora cuando en realidad es una saltimbanqui política buscando solo su interés y que ya debería haber renunciado como el pastor Lay, pero no es así, ahí sigue pegada sin cara para presentar; y el gobierno de Nadine con Ollanta, que recibieron un país boyante en dinero como jamás lo había sido y fueron incapaces de ser productivos y más bien la corrupción afloró por todos los poros y lo estamos viendo, no es necesario ser explícito. 

Estamos ante un candidato sin programa y como él mismo, rodeado de aventureros políticos que sabe Dios a qué intereses estarán sirviendo.