Cada vez que inicia una temporada electoral, es habitual que veamos a varios políticos cambiarse la careta para aparentar que están más cerca al ciudadano y ahora sí se preocupan por sus necesidades. Por ejemplo, veamos la metamorfosis que ya están experimentando los congresistas que tienen la esperanza de ser reelegidos, ahora como senadores.

Keiko Fujimori y César Acuña no son la excepción a la regla, saben que no van a ser elegidos presidentes, pero les interesa el voto de electores incautos o con su misma escala de valores, de tal forma que les garanticen tener bancadas de diputados y senadores y con ello seguir haciendo del Perú su chacra, negociando todo cuanto puedan en desmedro del Perú.

En la quincena de marzo de 2025, César Acuña anunció que tenía dos gallos que garantizarían la continuidad de su legado. La naturaleza quiso ponerlos a prueba y a fin de mes cuando el huaico se activó, sus gallos no supieron dar pelea: la crisis que se creó los vapuleó, los gallos no pudieron ser contención y la reputación de Acuña Peralta fue muy golpeada.

Sun Tzu dijo: “Toda guerra se funda en el engaño”. Parece que los gallos actuales son fusibles. APP empuja en el Congreso la aprobación de la reelección de alcaldes y gobernadores, tal vez para que César Acuña vuelva a postular al gobierno regional y la alcaldía de Trujillo sea disputada por sus gallos, Martín Namay y Mario Reyna.

El golpe del huaico ha generado que César Acuña cambie su estrategia comunicacional en redes sociales y ahora se vende como bonachón; le urge reposicionarse, el socio de Dina Boluarte está cambiando su careta.