En un país cuyas arcas que han sido perforadas por políticos corruptos como es el Perú, cualquier equipo de fiscales al que le sea encomendada la persecución de estos ladrones y sinvergüenzas tendría que contar con el apoyo unánime de la ciudadanía. Sin embargo, esto sucedería sólo si estos magistrados hicieran un trabajo eficiente, profesional e incuestionable, no lo que vemos que realizan Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez, quienes a la larga terminan haciéndole el juego a los que nos han robado.
Es tan malo el trabajo de un fiscal como el histriónico Domingo Pérez, quien ha incurrido en abusos como los cometidos contra el empresario Ricardo Briceño o el exmiembro del Tribunal Constitucional, José Luis Sardón, aunque su queja haya sido rechazada; y al que le han devuelto como 19 veces la acusación por el enclenque “caso cocteles”, que lo más probable es que luego de seis años de investigación, todo sea archivado y la actuación del Ministerio Público y la lucha contra la corrupción termine siendo un meme, si es que ya no lo es.
Pero el problema de fondo no es ese. Nadie puede estar en contra de las buenas imitaciones que hace Jorge Benavides del fiscal Pérez. Lo graves es que se está haciendo un gran favor a los realmente corruptos, a los que nos han robado y que se están valiendo de los errores y la politización de estos fiscales para alegar “abuso” y “persecución”. Personajes como Alejandro Toledo, Susana Villarán y Ollanta Humala deben estar muy felices con las patinadas de los fiscales.
Hoy los fiscales no son cuestionados por gente que es corrupta o esté a favor de ella, que es lo que estos magistrados y sus escuderos sostienen. Se han ganado el rechazo de muchas personas precisamente porque le están haciendo el juego a los corruptos, a los ladrones, a los que han defraudado a los peruanos que creyeron que después de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos ya lo habían visto todo, y que jamás imaginaron que los “moralizadores” que venían detrás resultarían iguales o peores.
Hoy el fiscal Pérez se queja públicamente de que lo quieren sacar del “caso cocteles”, cuando el primero en querer saltar del barco fue él mismo a través de una fallida postulación para convertirse en juez y alejarse definitivamente del Ministerio Público. ¿O ya no se acuerda? Más bien, quizá le harían un favor si lo suspenden, para que al final pueda poner ir a los medios a poner como pretexto que el caso fracasó por culpa de su salida, y no por su evidente mal trabajo.