Estamos en ese espacio de tiempo en que me convertí en papá y se celebra el día del ídem. Hace un tiempo le escribí a mi heredero algunos consejos intercambiados con amigos, leídos y aprendidos por ahí. Aquí van.

Por Gastón Gaviola 

  • Hay favores que la gente nunca podrá negarse a hacerte; por eso nunca debes de pedirlos.
    • Ama sin miedo. Como si el mundo se fuera a acabar. Cuando amas, el mundo no se acaba nunca.
    • Lee. Lee todo lo que puedas. El primer consejo que te di no lo oí de mi abuelo, ni lo aprendí en la universidad, mucho menos viendo televisión. Lo leí en las Aventuras del capitán Alatriste.
    • Aprende a hacerte el nudo de la corbata. Ante la duda de si llevar o no a un evento, siempre lleva. En el peor de los casos te la quitas o la usas de vincha más tarde.
    • Podré no ser más vivo ni más en onda que tú, pero seré más viejo. Siempre. Habré vivido, habré viajado y habré leído más. Sácale provecho.
    • Nunca te avergüences de darle un beso a tu papá. (Te cuento que yo todavía lo hago, aunque mi barba y la de tu abuelo suelan hacernos picar la cara).
    • Respeta a tu madre. Eso no se negocia.
    • Respeta a la policía y a los soldados. Aparte de que hay varios en la familia, ellos están dispuestos a recibir un balazo por ti y tu seguridad.
    • Fuiste bautizado en la fe católica, igual que tus papás. Si luego decides que no es lo tuyo, pues bienvenido. No seas tan soberbio de pensar que no hay nada más poderoso o por encima de ti, ya sea Dios, el apu Salcantay, o los Gatos Samurai.
    • Mucho más daño hace un imbécil que un malvado. Y es más peligroso.
    • No creas todo lo que aparece en internet. Si la frase empieza con “recientes estudios dicen”, es casi seguro de que sea una mentira.
    • Facebook -o la red social que te acomode- no es el mundo real. Mira por la ventana, camina, sal a la esquina.
  • Puedes encontrar sabiduría en un buen comic o en un videojuego bien hecho. “La diferencia entre genialidad pura y locura idiota radica en el grado de éxito”, es algo que leí en una carta de Magic: The Gathering.
  • Cuando veas una ambulancia, hazte a un lado. No te estaciones en los sitios de discapacitados. Cede el asiento al que lo necesite. En pocas palabras, no seas un antisocial.
    • Apenas quieras, pídeme que te enseñe a nadar, a montar bicicleta, bailar trompo y volar cometa. No toda tu vida estarás enchufado a tu Smartphone. Hay sitios horribles llamados Naturaleza, donde los árboles no tienen wifi y las hamburguesas están crudas y comiendo pasto.
  • Cada camisa tiene una forma diferente de planchar. Si cuelgas tus polos húmedos de un gancho, podrás ponértelos sin planchar.
  • Distingue cuándo deberás dar un puñetazo y cuándo estarás a punto de recibirlo.
  • Cuando tengas que ir, consigue un barbero y un sastre de confianza. Tienes que saber quién pone una navaja en tu cuello y quién te mide el tiro del pantalón.
  • En el colegio procura hacer al menos un amigo de verdad. El que escojas y te escoja te va a durar toda la vida, más aún si sufre de las mismas chifladuras mentales que tu.
  • No podré evitar que bebas como mosquito, pero sí aconsejarte altamente a que lo evites. Si lo haces, no seas tan idiota de hacerlo en la calle o en un lugar público.
  • Lo que esperas que otros hagan, predícalo con el ejemplo.
  • Los hombres lloran y las mujeres ven porno. Los estereotipos son un facilismo que solo sirve para hacer stand up comedy, y no siempre del gracioso.
  • Conoce los lugares sobre los que has leído. Y lee sobre los lugares que has conocido.
  • A veces es mejor tener un buen recuerdo que una buena foto.
  • No te pongas a grabar en un concierto. Vívelo.
  • No es lo mismo dejar de afeitarse que dejarse la barba. Tenlo en cuenta.
    • Trepar árboles a recoger fruta es una experiencia que ningún videojuego ha logrado igualar aún.
    • Aprende a cocinar arroz, y al menos un guiso. Freír huevos es todo un arte, que te puedo enseñar. A una chica también se le puede conquistar por el estómago.
    • No te atrevas a decirle a tu abuela que estás lleno y que no comerás. Hará como que no te ha escuchado y te servirá igual. Es una batalla que no vas a ganar, al menos en nuestra familia.
    • Invierte un buen dinero en comprar un rico colchón y unos buenos zapatos. Cuando no estés usando uno, estarás usando el otro.
    • Acércate a tus abuelos y escúchalos. Cualquiera de sus historias, por más pastrulas, largas y repetitivas que puedan sonarte, quizá te vengan en utilidad en algún momento de tu vida.
    • Aprende a contar al menos DOS buenos chistes. Siempre te cruzarás con alguien que no entienda el primero.
    • Sé agradecido. Es de biennacidos aprender a dar las gracias. Aunque no hayas pedido el favor.
    • Disfruta de la música. Escucha de todo un poco. Como la ropa, hay para todo clima y para todo ánimo. Yo siempre vuelvo a Sabina, Fito Páez y The Cranberries. Pruébalos. No juzgues los gustos de otro.
    • La gente detesta a los malos perdedores; pero aún con más facilidad odia a los que ganan siempre.
    • Como en los videojuegos, si avanzas y encuentras cada vez más obstáculos, es que vas en la dirección correcta. Recuerda: “ladran, Sancho. Señal de que tienen perros”.
    • Te van a romper el corazón. Igual no tengas miedo. Igual la pena pasa. Igual tus padres siempre te van a amar.
    • No te desanimes con facilidad. Hasta una patada en el culo te impulsa hacia adelante.
    • Cuando ya no tengas nada que decir o escribir, quédate callado y pon punto final.
    • Busca la felicidad, y sé feliz. Ser feliz también es un acto de valentía.
  • TAGS RELACIONADOS