A casi mes y medio de la muerte de José Miguel Castro, hombre de confianza de la exalcaldesa de Liam, Susana Villarán, y gran conocedor de toda la trama corrupta alrededor de los montos de dinero recibidos de las empresas brasileñas para las campañas contra la revocatoria y la reelección de la señora en 2014, los peruanos seguimos sin saber qué hubo detrás de este hecho que inicialmente fue mostrado como un suicidio, aunque las dudas han quedado flotando en el aire.

El Ministerio Público y la Policía están guardando un sospechoso silencio respecto a la muerte de un personaje que conocía al detalles todo lo sucedido respecto a la actuación de Villarán, sus coacusados y otros a los que ni siquiera se menciona.

Sobre la versión inicial del suicidio, luego surgieron dudas debido a las lesiones encontradas en el cuerpo, por lo que las autoridades son las llamadas a informar si en efecto Castro se autoeliminó con un profundo corte en el cuello en su casa de Miraflores, o una tercera persona acabó con su vida por razones que sería bueno explicar. ¿Por qué tanto misterio?

De otro lado, resulta extraño que los antiguos amigos de Castro, que cuentan incluso con llegada a ciertos medios y portales, no insistan con esclarecer esta muerte que en su momento generó ruido, pero que poco a poco va pasando al olvido. ¿A qué se debe todo esto? ¿Existe acaso algún interés en que este deceso no se esclarezca?