La presidenta Dina Boluarte ha cometido un gran error al dejar abierta la posibilidad de que se ponga en funciones una asamblea constituyente, cuando ese debería ser un tema cerrado, especialmente cuando ya se aprobó en primera votación el llevar a cabo elecciones generales en abril de 2024, con lo que se estaría dando vuelta a la página a la pesadilla vivida tras la elección de Pedro Castillo y el actual Congreso.

Quizá la mandataria ha querido quedar bien con los sectores de izquierda que tienen como caballito de batalla, con el que pretenden ganar adhesiones en la ciudadanía a pesar de que muchos peruanos de a pie desconocen qué puntos de la actual Carta Magna deben ser cambiados. ¿Lo sabrán acaso los promotores de la asamblea constituyente?

El Perú necesita estabilidad y la sola posibilidad de que haya una asamblea constituyente promovida por grupos de izquierda, hasta la de tipo radical, filoterrorista y terrorista, es un misil directo a la posibilidad de ser un país previsible y con reglas de juego claras.

La jefa de Estado ha dado muestras de querer corregir los estropicios, el caos y la corrupción generada por su vacado antecesor. Sin embargo, al dejar abierta la posibilidad de que haya una asamblea constituyente ha caído en el juego de los Bellidos y los Bermejos, este último célebre por afirmar en un célebre audio que si llegaban al poder, era para quedarse.

Pese a todo, desde Correo deseamos una Feliz Navidad a nuestros lectores en todo el país.

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