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Son dos seudónimos (codinomes le llaman): “Radox” y “Escorpión”.

Y son dos montos: $421,052 y $26,315, respectivamente.

Los pagos secretos de Odebrecht por la tercera etapa del proyecto Chavimochic se dieron entre marzo y junio de 2014, las fechas en que se firmó el contrato entre la empresa brasileña (en consorcio con Graña y Montero) y el Gobierno Regional de La Libertad. Son, además, las fechas en que se dieron reuniones entre José Murgia, exgobernador de La Libertad, y directivos de Odebrecht, entre ellos, el mismísimo superintendente nacional, Ricardo Boleiro (sucesor de Barata).

Pero la historia de este caso, digamos su génesis, podría remontarse a los inicios del año 2007, en pleno gobierno de Alan García. De acuerdo a la información de la comisión “Lava Jato” del Congreso, por esas fechas Odebrecht contactó a Huber Vergara, gerente general de Chavimochic, para proponerle un esquema financiero que impulse la tercera etapa del proyecto.

Cartas y conversaciones después, Huber Vergara viajó a Lima junto al entonces gobernador José Murgia para visitar Palacio de Gobierno. Así, entre junio de 2007 y octubre de 2008, Murgia fue recibido por el presidente (y compañero suyo) Alan García y su secretario de Presidencia, Luis Nava. A ellos se unió en esas citas un perfecto conocido: Jorge Barata, entonces aún en el cargo de superintendente. Todo eso lo dicen los registros.

Dos meses después, el 17 de diciembre, Alan García aprobó el decreto de urgencia que declara la tercera etapa de Chavimochic, entre otras, como prioritaria para ProInversión y su financiamiento.

Llegados a este punto, vale preguntarse: ¿será que la memoria (selectiva) de Jorge Barata aún tiene detalles que desenterrar y contar?