La reciente reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico - APEC, organizada por Malasia y desarrollada en forma virtual dadas las circunstancias por la pandemia, ha sido la oportunidad que China estaba buscando para empoderarse en el marco geopolítico de la Cuenca del Pacífico.

Estaba cantado que Donald Trump con su psique de presidente perdedor en una reciente contienda electoral por la reelección, llegaría al foro distraído y sin reflejos, circunstancias hábilmente aprovechadas por Beijing. Para poner en contexto, es bueno recordar de que no existe ningún mecanismo en el mundo que tenga el éxito de APEC desde su creación en 1998, en cuya reunión los líderes de las 21 economías que lo integran, esperan anualmente este momento para reflexionar en torno del fortalecimiento de las relaciones con el Asia y por supuesto debaten sobre la situación económica en el mundo. 

En esta ocasión, el impacto en la economía planetaria ha sido el punto central en el que China se ha lucido pregonando el multilateralismo, prácticamente aplaudido por todos menos por Washington que ha persistido con su mandatario en agonía, en el proteccionismo que ya nadie quiere.

El presidente Xi Jinping, apenas tomado nota de que Trump no hablaría, lanzó un discurso a sus anchas, marcando la cancha de la reunión de los líderes mundiales, al relievar la necesidad de un proceso con destino compartido lo que para China significa continuar promoviendo la integración económica regional -a lo que EE.UU. se oponía, acabando desde el arranque del gobierno de Trump con el esperanzado Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP)-, la aceleración de la innovación y por supuesto, el desarrollo, también compartido. Los chinos han ido a la reunión en busca de la legitimación económica internacional y la han conseguido.

Era evidente que la carga de las imputaciones por la responsabilidad del impacto de la pandemia los había removido en sus estructuras y objetivos y por eso acudieron a APEC que les está permitiendo ahora una importante atenuación. Sin duda, la estrategia China está logrando su cometido. El Perú, que es miembro de APEC, debe mirar bien por dónde ir.