El mensaje del presidente Castillo al Congreso de la República y el país, en el 201° aniversario de nuestra independencia, ha sido un recuento rutinario de las obras del gobierno. Esperábamos que se pronunciara sobre los problemas políticos de fondo, convocando a desarrollar una propuesta política programática para el país, a fin de capear la grave crisis económica y política.

La política como actividad colectiva busca resolver los problemas de la sociedad. No se trata de competir por un mayor interés personal donde las reglas del juego democrático se dejan de lado. Justamente ese fue el comportamiento de bancadas de la derecha en el Congreso durante el mensaje presidencial. Generaron escándalo y profirieron insultos, comportándose con vulgaridad e impidiendo la lectura del párrafo del discurso donde solicitaba que se pongan a derecho los personajes aún en la clandestinidad.

Necesitamos ponernos de acuerdo en propuestas y ejecución de las mismas, pensando en el corto, mediano y largo plazo. Insistimos en construir una propuesta de Estado. Empezando por combatir la corrupción que nos corroe, avanzar en una efectiva descentralización, impulsar la formalización de la economía y el empleo, elevar la recaudación tributaria del 14% del PBI, hasta alcanzar el 22% promedio de América Latina, solo con ingresos suficientes podemos avanzar en lograr servicios de calidad como salud, educación saneamiento.

Los enfrentamientos estériles, por la vacancia presidencial o la disolución del Congreso, no ayudan y caminamos a que la ciudadanía obligue a un “que se vayan todos”, profundizando la actual crisis política.

La ciudadanía aún no se moviliza masivamente, porque no encuentra una alternativa que lidere una verdadera salida democrática, con respeto y equidad. Es momento de trabajar en ella, con responsabilidad.