Hablar de sustancias químicas sin un lenguaje común es como coordinar una emergencia sin radio. El Sistema Globalmente Armonizado (SGA), promovido por Naciones Unidas y recientemente adoptado por el Perú mediante el Decreto Legislativo N° 1570, busca establecer reglas claras para clasificar, etiquetar y comunicar los peligros de productos químicos.
Uno de los principales cambios está en el sistema de identificación. Tradicionalmente se usaba la NFPA, con rombos de colores y números. El SGA reemplaza ese enfoque con tres diferencias claves:
1. Clasifica peligros a la salud, al ambiente y físicos, incluyendo efectos crónicos, que la NFPA no contempla.
2. Utiliza pictogramas con símbolos y palabras de advertencia (“Peligro” o “Atención”), accesibles para todos.
3. Exige Fichas de Datos de Seguridad (FDS) estructuradas y completas, que acompañen cada producto.
Este cambio no debe verse como una carga, sino como una oportunidad. El Estado, a través del Ministerio del Ambiente, tiene un rol clave: difundir esta norma con campañas claras, capacitar a autoridades locales, y apoyar a empresas, especialmente a las pequeñas, en su implementación.
Las empresas, por su parte, pueden fortalecer su cultura preventiva incorporando el SGA en sus programas de capacitación, evaluación de proveedores y control de almacenes. Esto no solo reduce riesgos, también mejora su cumplimiento legal y su imagen ante clientes y reguladores.
Hablar el idioma del SGA es, en el fondo, hablar el idioma de la prevención moderna. Y cuanto más lo hablemos —en todos los niveles y sectores— más cerca estaremos de una gestión segura, competitiva y responsable de las sustancias químicas.