Imagino que más de un liberteño habrá sentido ayer un espantoso sabor a chicharrón de sebo al escuchar al dueño de Alianza para el Progreso (APP), César Acuña, nada menos que el gobernador regional de La Libertad, la jurisdicción más violenta del país, lavarse las manos y señalar muy suelto de huesos que él no puede hacer nada contra las extorsiones, el sicariato y los atentados dinamiteros, pues esa es labor de la Policía Nacional y el Ministerio Público.
Parece que nadie le ha dicho al señor Acuña que él preside el Consejo Regional de Seguridad Ciudadana, y como tal es también responsable de la ola de violencia que castiga a su región que lamentablemente se está convirtiendo en la “Tijuana peruana” debido a la ola de extorsiones y asesinatos cometidos por bandas criminales que llevan más de 20 años de actividad. Además, los gobiernos regionales cuentan con recursos para hacer frente a la criminalidad.
Estas palabras las pronunció Acuña en un evento relacionado con la universidad de su propiedad, que ha suscrito un convenio con la empresa china Huawei. Hasta ahí todo muy bien, si no fuera porque el año pasado el gobernador viajó al gigante asiático por invitación de la mencionada empresa, supuestamente a ver temas relacionados con su labor de gobernador. Ayer ha quedado claro que el dueño de APP salió esa vez del país para ver un asunto relacionado a su casa de estudios, y no de la función pública. Les hizo el avión a todos.
En realidad, ese viaje a China es uno de los tantos que realiza el gobernador Acuña, ya sea de vacaciones o de licencia, mientras su región se desangra por la ola de violencia. Qué dirán los consejeros regionales de La Libertad, que son los que con sus votos autorizan esos periplos de placer o de negocios. En su momento, una vez que su “padrino” ya no esté en el cargo, tendrán que responder ante los liberteños por haber dado luz verde a que cada cierto tiempo la región se quede sin su primera autoridad.
Increíble que Acuña sueñe aún con ser presidente del Perú, que tiene como problema generalizado a la inseguridad ciudadana, que va en aumento. Si no puede con La Libertad y cada cierto tiempo se va de viaje “porque todos tienen derecho a descansar”, para luego salir a decir que no es responsable de nada pese al cargo que ocupa, que dios nos agarre confesados si es que los peruanos cometen el error de elegirlo, el mismo error en que han incurrido los liberteños una y otra vez.