Si siembras odio, por lo general cosecharas odio. Es el peor de los escenarios en un contexto de crisis provocada por la COVID 19. El fundamentalismo de los asesinos de la concertación se alimenta del sectarismo y resentimiento, originado en sus propios mitos de considerarse impolutos y morales, cuando saben y sabemos que no lo son.

Un nuevo gabinete es como un balón de oxígeno. Le da un respiro temporal al gobierno. Es cuestionable que quien lo lidera empiece confrontando, tildando de delincuente a anterior Congreso. El país necesita concertación reflexiva y acción, reducir la tensión e inestabilidad política. Si se quiere enmendar con un nuevo gabinete, que no sea un remedo de enmienda, que se concrete la concertación entre la clase política, y se tienda puentes al sector privado para que juntos se puedan revertir los resultados.

Arnold Toynbee, tal vez uno de los estudiosos más ilustrados de la historia, en su obra cumbre “Estudio de la Historia” ensayó un método comparativo entre civilizaciones para interpretar la historia, estableciendo a lo largo del tiempo la existencia de 21 civilizaciones. Sostenía que las civilizaciones emergen de la lucha contra el medio avivando así su capacidad creadora, y que al final desarrollan solo aquellas que han demostrado esta capacidad. El virus hoy nos pone a prueba. Si queremos derrotar a la enfermedad y progresar como sociedad y país, debemos cambiar sin temor a la apertura, expulsando la soberbia y confrontación.

Sostenía que: “todas las civilizaciones y sociedades cumplen un ciclo que no siempre queda cerrado en sí mismo, sino que su final le une al comienzo de otro por el fenómeno de filiación”. “El devenir histórico puede-explicarse por la acción de leyes, si existe repetición, un cierto destino ya previsto -aunque con diferencias de detalle- para todas las civilizaciones”. Los que hoy se sienten poderosos y triunfalistas sobre los que suponen derrotados, son mínimos en conocimiento. Podrán estar en la cresta de la ola y luego se revolcarán en la espuma de su soberbia. Hoy la realidad nos invita a reinventarnos, desterrando odios en busca de un futuro mejor.